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Al menos 30 muertos al volar los rebeldes daguestanos un edificio de viviendas ruso

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Al menos 30 personas perecieron y 110 resultaron heridas al estallar un coche bomba en Buinaksk, ciudad situada en el centro de Daguestán. La explosión, que se produjo en la noche del sábado al domingo, destruyó un edificio de viviendas de cinco plantas en un barrio de militares. Las autoridades atribuyen el atentado a extremistas islámicos, a quienes las tropas rusas continúan combatiendo en esa república norcaucásica. Mientras, un nuevo grupo de guerrilleros entró ayer desde Chechenia y se apoderó de cuatro pueblos fronterizos daguestanos.

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El centro del wahabismo

El coche bomba había sido colocado junto a una casa donde viven familiares de oficiales de la 156ª Brigada de las Fuerzas Armadas de Rusia. La explosión fue tan potente que prácticamente hizo desaparecer la parte central del edificio. La cifra de muertos no es definitiva, ya que bajo los escombros puede haber mucha más gente puesto que se desconoce el paradero de más de 50 inquilinos. A este atentado debía haber seguido otro contra el hospital militar de Buinaksk, pero la policía lo descubrió a tiempo y logró evitar que un camión lleno de explosivos estallase provocando otra matanza. Los atentados coincidieron con el fin del ultimátum dado por los militares rusos a los extremistas musulmanes, wahabies, de Karamají y Chabanmají para que se rindieran. Estas dos aldeas se encuentran en el distrito de Buinaksk, al sur de la ciudad homónima, y en ellas impera la ley islámica desde el año pasado, después de que sus habitantes expulsaran a la policía y a las autoridades locales.

Los militares del Kremlin, que a fines del mes pasado derrotaron a los guerrilleros que querían crear un Estado islámico en la zona montañosa limítrofe con Chechenia, decidieron acabar con los wahabíes y atacaron con artillería y aviación las citadas aldeas. Los rusos pensaban que la operación duraría sólo dos días, pero ya ha pasado más de una semana sin que hayan podido derrotar a los rebeldes.

Los extremistas musulmanes no parecen dispuestos a entregar las armas, y en respuesta al ultimátum ruso han lanzado un nuevo ataque desde Chechenia.Los guerrilleros que ayer entraron en Daguestán pueden ser hasta 2.000, según informó el centro de prensa provisional del Ministerio del Interior ruso abierto en la zona. Pero según otras informaciones, serían unos 300 muyahidin. Las autoridades daguestanas afirman que están al mando de Shamil Basáyev y Amir Jattab, los comandantes que se hicieron famosos en la guerra de Chechenia contra Rusia y que lideraron la rebelión del mes pasado en las montañas daguestanas.

Esta vez, los guerrilleros islámicos han elegido otra zona para tratar de hacerse fuertes: el distrito de Novolaksk, más al norte de la zona donde combatieron en agosto. Los muyahidin se apoderaron de cuatro aldeas y permitieron a los ancianos, mujeres y niños abandonar las aldeas que controlan, pero dejaron a los hombres, a quienes los obligan a cavar trincheras, según aseguran los refugiados llegados a la ciudad de Jasaviurt. La mayoría de los guerrilleros son, aparentemente, chechenos.

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