El nuevo Madrid tiene buena pinta
El conjunto de Scariolo vence a un gran Joventut y se coloca como primer líder
REAL MADRID 94 JOVENTUT 82El Madrid arranca asustando, como quien advierte que su proyecto tiene cimientos. La memoria no ayuda al conjunto blanco a soñar, acostumbrado como está a quedarse al borde del éxito. Y lo está desde que Arvydas Sabonis decidió poner todo su baloncesto al servicio de la NBA. Desde entonces, el caos. Temporada tras temporada se parcheaba la sección, cambiando todo lo cambiable: el entrenador, los directivos, los jugadores... Hasta de pabellón se cambiaba. Llegaban estrellas, como Bodiroga o Tanoka, y llegaban aprendices de estrellas, y ahí la lista sería interminable. Pero el campeón siempre era otro. Así que el club optó por la revolución. Se trajo a un nuevo técnico, Sergio Scariolo; despidió a un ejército de jugadores y puso en nómina a ocho nuevos. La Liga acaba de echar a andar, lo que impide sacar conclusión alguna. Pero algo se sospecha: el nuevo Madrid tiene buena pinta. También la tiene su rival, el Joventut, que ha repescado a dos históricos, Jofresa y Ferrán Martínez, y ha fichado a todo un bombardero: el ruso Babkov. Además, se muestra dispuesto a confiar en Raúl López, todo un campeón del mundo juvenil.
Real Madrid: Jennings (13), Alberto Angulo (16), Herreros (15), Larsen (10) y Brent Scott (14) -cinco inicial-; Galilea (0), Struelens (4), Lucio Angulo (14), Iker Iturbe (8) y Gnad (0)
Joventut: Rafa Jofresa (4), Babkov (26), Byron Houston (10), Palmer (19), Ferrán Martínez (11) -cinco inicial-; Andreu (5), Raúl López (6), Biota (1) y Mumbrú (0). Árbitros: Martín Bertrán, Juan Luis Redondo y José María Rosado. Excluyeron por cinco personales a Lucio Angulo (m.39) y Rafa Jofresa (m.40). Alrededor de 4.500 espectadores en el Pabellón Raimundo Saporta de la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Pero ganó el Madrid. Lo hizo porque los que suelen resolver no faltaron a la cita. Y lo hizo, y esto es noticia, porque por fin cuenta con un banquillo decente, en el que se sientan jugadores que, lejos de limitarse a hacer bulto, son capaces de resolver. Jamás pudo soñar la pasada campaña el Madrid con tener un grupo de suplentes con calidad para sumar 26 de los 94 puntos del equipo, esto es el 28% del total.
Al Joventut le dañó su precipitación, como demuestran los 18 balones que perdió. Se fue tocado al descanso (45-34), pero aprovechó el gusto del Madrid por dormirse cuando mejor le va para alcanzar una remontada prometedora (51-51, m.25). Los blancos demostraron en ese margen de tiempo que las nuevas recetas no han acabado del todo con los viejos vicios. Babkov afinó su muñeca y logró tres triples que obligaron al Madrid a replantearse los defectos de su balance defensivo, incapaz como era de escapar a cualquier bloqueo.
Había vivido bien el Madrid hasta que a Babkov le dio aquel arrebato. Pero su ventaja murió en cuestión de minutos y el partido adquirió otro aspecto. Necesitaba el Madrid a un jugador que cambiara el curso de los acontecimientos y encontró a dos. Hermanos, para más señas. Angulo se apellidan. El mayor, Alberto, se fue más allá de la línea de 6,25, para encadenar tres canastas. El pequeño, Lucio, derribó todo el entramado defensivo del Joventut, al que mandó a mejor vida con sus penetraciones y su lucha bajo los tableros, amén de conseguir la canasta del partido, a aro pasado, que se antojó la puntilla para un Joventut asustado.
Y la puntilla fue. Lo que no pusieron los citados hermanos lo puso Herreros y el Madrid cerró su presentación en la ACB con un resultado magnífico, que le coloca, para empezar, como primer líder. No es nueva esta situación, pues la pasada temporada el cuadro blanco vivió en el primer puesto durante una eternidad. Y el campeón fue otro. Pero las sensaciones son otras. En la pista y en el banquillo.
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