Centauros de acero cromado
Werner Barenfaller, de 48 años, propietario del cámping Dalton"s y organizador de las jornadas Free Way (Vía libre), que desde hace siete años convoca a los forofos de las imponentes motos Harley Davidson, es suizo. Enorme, barbudo, rubio, de ojos azules, con toda su imagen de feroz Ángel del Infierno, es, en cambio, sumamente afable. Este año, con la colaboración del patronato de Turismo de l"Ampolla (Baix Ebre), ha reunido a 400 motards en su establecimiento, que cumple todas las normas del Far West (lejano oeste) moderno. Holandeses, belgas, alemanes, franceses y una cuadrilla de amantes de las Harley de Barcelona y Tarragona son los participantes en el encuentro. Ataviados con chalecos de cuero con lemas tales como Avalanche of steel grabados en la espalda, flecos, pantalones tejanos y de cuero, botas y botazas, melenas y pañuelos, han acudido este fin de semana al encuentro que Werner organiza. La indumentaria precisa mucho rock and roll y country y cerveza a raudales. Una vez al año, desde 1985, Werner viene convocando una concentración de Harley Davidson, Custom y Chooper en la localidad tarraconense, aunque de forma oficial sólo hace siete años que lo hace. Además de reunir a los amantes de las motocicletas cromadas, el encuentro también se convierte en una excusa para acudir a conciertos de rock and roll y disfrutar de una zona única desde el punto de vista paisajístico y gastronómico. Por si fuera poco, en octubre, el cámping organizará unas jornadas para catar la cocina de caza. El apellido obliga. "El sol, el clima y la gente" hicieron que llegara, con su familia, a España, después de que sus antepasados hubieran acabado con los pobres osos suizos. Dalton"s nació hace 20 años. Como cámping, ha dejado de funcionar hace tres y sólo, en momentos puntuales, retoma sus funciones para los melenudos amantes de las motos antiguas, de la velocidad escasa, del cabalgar en grupo y del rugir de un motor que semeja más un tranquilo vehículo que un bólido. Por eso será que la imagen de la edición es la cara de un indio norteamericano. Ayer, ochenta motoristas de toda Europa recorrieron las diferentes poblaciones del delta del Ebre, ya acostumbradas a esta exhibición anual. No generan problemas. Werner recuerda que su edición más espectacular fue la de 1993, cuando la concentración, a diferencia que el resto de años, se realizó en la playa de L"Ampolla. Y una muestra de la buena sintonía, "aunque se podría mejorar", según Werner, entre l"Ampolla y Dalton City es el hecho de que el consistorio haya corrido con el premio de 100.000 pesetas que se llevan la moto más antigua y la más bonita de la concentración, que este año ha correspondido a una panzer británica de 1956, un ejemplar único, valorado en nueve millones de pesetas y propiedad de un trabajador de un taller de Torredembarra. De color azul cielo, manillar elevado y cromados refulgentes, lucía ayer impresionante a la entrada del cámping. La construcción de una depuradora al lado del cámping puede hacer peligrar el encuentro anual, pero no la concentración. Werner asegura que si se tienen que trasladar a otro lado, nunca será muy lejos y, en todo caso, será en Tarragona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.