La derecha alemana, favorita en los comicios de Sarre y Brandeburgo

La oposición conservadora alemana afronta la serie de elecciones regionales que se abre hoy como una oportunidad de recuperar terreno a los socialdemócratas de Gerhard Schröder, en plena caída de popularidad apenas un año después de su llegada a la cancillería. La Unión Cristiana Democrática alemana (CDU) se presenta confiada a los cinco comicios regionales más otro de carácter municipal, que entre este domingo y el 10 de octubre se celebran en el país. Los democristianos aspiran a completar su evolución ascendente de los últimos meses en los comicios a celebrar hoy en el Sarre y Brandeburgo, una semana después en Turingia y Renania del Norte -Westfalia, en este caso municipales-, así como en Sajonia el 19 de septiembre, y finalmente en Berlín el 10 de octubre.

Para la primera etapa de este maratón, la CDU no precisa más que de una victoria moral en dos Estados hasta ahora gobernados en mayoría absoluta por el SPD. Los sondeos vaticinan un "codo a codo" entre Peter Müller, candidato de la CDU por el Sarre, y el primer ministro del land, Reinhard Klimmt, sucesor a la cabeza de ese Estado del ex ministro de Finanzas y ex presidente del SPD, Oskar Lafontaine.

Reveses socialdemócratas

"La CDU ha aprendido la lección de la derrota", afirma el sucesor de Helmut Kohl al frente del partido, Wolfgang Schaeuble, en un extenso artículo para el diario conservador Die Welt. La reforma propuesta por el partido era correcta, pero su error consistió en no saber "transmitir" al ciudadano la necesaria confianza y decisión, señala Schaeuble a modo de explicación de por qué la CDU perdió la batalla en las elecciones generales de septiembre de 1998. "Por supuesto, [la oposición] se aprovecha de los errores del Gobierno", añade el artículo, donde se acusa al Ejecutivo de Schröder de ruptura de promesas, política caótica y falta de un rumbo definido. El político conservador, delfín de Kohl cuando éste ocupaba la cancillería y actual presidente de los democristianos, sabe a qué se refiere cuando dice que la oposición sacará partido de los errores del actual Gobierno. Desde que el pasado año se produjo el relevo en el poder, las sucesivas elecciones celebradas en el país han repartido malas notas para el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) de Schröder y buenas para la oposición. En febrero, la CDU se alzó victoriosa en los comicios del Estado de Hesse y la coalición regional integrada por socialdemócratas y Verdes -como la que preside Schröder, al frente del Gobierno federal- fue relevada por una alianza entre democristianos y liberales, de acuerdo al modelo que durante 16 años encabezó Kohl.

En junio, el SPD recibió el segundo revés electoral en los comicios al Parlamento Europeo, donde la oposición conservadora consiguió más del 48% de los votos. Los analistas políticos explicaron el ascenso de la CDU, sólo unos meses después de su derrota en las generales, como una tarjeta amarilla a los primeros meses de gestión del nuevo Gobierno, que se tradujo en un cambio de orientación del votante o en abstencionismo.