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ETA no contactará con el Gobierno hasta después de las elecciones

El comunicado de la banda replantea el debate en el Pacto de Lizarra

Luis R. Aizpeolea

Los contactos entre ETA y el Gobierno no se retomarán hasta después de las elecciones generales. Así lo ve el entorno de ETA, que argumenta que la banda lo aclaró en su nota de prensa, cuando justificó su suspensión para que el Gobierno no haga uso electoral de ellos. El Ejecutivo confirma la suspensión hasta esa fecha, pero interpreta que es porque ETA y su entorno necesitan tiempo para decidir que vía adoptan.

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El periodo que va hasta las elecciones generales será crucial para que se definan el nacionalismo y ETA sobre el proceso de paz en Euskadi. Todos los partidos implicados en el proceso celebran congresos. PNV, Eusko Alkartasuna (EA) y Herri Batasuna (HB), que elegirá una nueva mesa nacional tras la etapa provisional en que han tenido que convivir la anterior dirección encarcelada con la nueva, cuyo portavoz es Arnaldo Otegi. También el Pacto de Lizarra -donde conviven los partidos y sindicatos nacionalistas, así como otras organizaciones y que jugó de cobertura política de la tregua de ETA- se juega su futuro. El comunicado de ETA de lapasada semana, con la regañina al PNV, es la primera interferencia en esta etapa que se avecina. Su primera consecuencia, más allá de la airada respuesta del PNV, ha sido el debate interno en el Pacto de Lizarra sobre su futura orientación.

Los resultados electorales del 13 de junio, que reafirmaron la pluralidad política vasca, tuvo sus consecuencias en el Pacto de Lizarra. Se abrió un debate entre quienes quieren abrirlo -los sindicatos, partidos como el PNV o IU u organizaciones como Elkarri- a otros partidos, sobre todo, al PSOE, con una insistencia en lo que Lizarra tiene de "metodología", y quienes quieren reafirmar la unidad nacionalista y el soberanismo, en cuyo eje se sitúa HB.

El debate, antes del comunicado de ETA, marchaba por derroteros sensibles a desmarcar al Pacto de Lizarra del soberanismo. "En HB se pedía tiempo, pero no había rechazo a la apertura de Lizarra", señalan fuentes del pacto. Pero, finalmente, se escoran hacia una reafirmación de la unidad nacionalista, aunque en el plan de gestión, anexo al texto, se diseñan unas ponencias abiertas de reflexión sobre la paz.

Sin embargo, el comunicado de ETA no responde a una lucha en el seno de HB, según fuentes de su entorno, sino que predomina la nueva orientación y ofrecen como dato significativo que un dirigente muy influyente de la anterior mesa, como Rufi Etxeberria, apoya decididamente a Otegi. Lo único que admiten son tensiones personales en la configuración de la nueva mesa nacional, que elegirán antes de fin de año.

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Según interpretan fuentes del Pacto de Lizarra, Otegi está sometido a una fuerte tensión, que tiene que ver con su desaparición de la escena durante el verano, derivada de varios frentes. Los familiares de los presos es el más importante de ellos, en la medida en que, tras un año de tregua, no han visto ninguna evolución en este terreno. Otegi, añaden, soportó recientemente una fuerte recriminación de las asociaciones de presos en una reunión de la permanente del pacto.

La presión ideológica ha venido de la mano, sobre todo, de la desconfianza que en las bases de HB existe hacia el comportamiento del PNV, en cuya apuesta de entendimiento Otegi se juega su carrera política. El temor de que la apuesta del PNV fuera "meramente táctica" lo avalaban -según las bases de HB- sus reticencias a convocar la Asamblea de Municipios Vascos tras las elecciones del 13-J, emblemática para HB; la oposición del PNV a pactar con HB en las diputaciones de Guipúzcoa y Vizcaya, y la decisión del alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, del PNV, de que la bandera española ondeara junto a las demás en las fiestas de la capital vasca.

El PNV ya ha anunciado su participación en dicha asamblea municipal del 18 de septiembre para alivio de HB, que la considera crucial. Pero su interpretación sigue siendo distinta. Si para HB es un contrapoder frente al Parlamento vasco y a la autonomía, para el PNV, según uno de sus portavoces, su interés se limita a que es "el único organismo de referencia donde se reúnen todos los territorios vascos" para coordinar iniciativas culturales y lingüísticas. "El acuerdo irlandés de Stormont también tuvo interpretaciones distintas", responde cuando se le pregunta por esta disparidad entre el PNV y HB.

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