El Mundial
Como aquí se sabe mucho más de fútbol que de atletismo, el Mundial nos ha regalado con múltiples sorpresas. Entre otras cosas, hemos podido verificar que, a pesar de lo engañosa que suele ser la publicidad, aquellos carteles con un atleta suspendido de grandes alas blancas de arcángel, o el cuerpo ardiendo en llamaradas de energía, o transparente de venas ramificadas, no exageraban. No era fácil controlar todo lo que ocurría simultáneamente en el suelo del estadio: las actividades que se abarcaban fácilmente con la vista, y las que aparecía en las pantallas gigantes y se lograban descubrir en algún rincón lejano. De vez en cuando sobrecogía una exhalación de atletas que pasaban corriendo tan deprisa como para burlar el presente. Se tardaba un rato en poder apreciar, cerca o lejos, pequeño o grande, la precisión, el movimiento, la armonía, la agilidad y la velocidad con el sonido de un silbo o de ráfaga ronca. Y todo tenía su tiempo propio, con un fin y una victoria; es curioso que no se confundieran los aplausos. A través de la televisión se perdía emoción, pero se acercaban los músculos tensos, la piel brillante con el sudor del fuego y la expresión de la cara contraída por el esfuerzo, el agotamiento y la desesperanza al oír la llegada de los vencedores. Probablemente fue la televisión, que todo lo puede, la que consiguió que fuera aumentando la asistencia de público soportando el sol y el calor hasta llenar el estadio. "Mejor que haga calor: te hincha las venas", dijo un participante contra toda lógica del ignorante espectador preocupado por los atletas que abandonaban en camilla la marcha de no sé cuantos kilómetros. Porque cuesta creer que tanto esfuerzo sea sano. Lo que sí es seguro es que se han de cuidar mucho para poder participar; lo dijo otro de ellos: "Cuando estamos tan finos nos agarra todo". Una finura necesaria para alcanzar la fama y la gloria, y para que los espectadores disfrutemos. Tendrá también sus pegas, como todo, pero el atletismo es mejor deporte que el fútbol. Tiene otra historia, es más instructivo, más interesante, más variado y también sirve para canalizar la energía de los aficionados. ¡Ojalá tuviéramos más atletismo y menos fútbol en la tele!BEGOÑA MEDINA
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