La semana redonda de Gabri

"Yo creo que lo está demostrando, que no es una casualidad. Nano fue titular en la Super copa y yo lo he sido en Santander". Gabri, de 20 años,el centrocampista azulgrana, escucha mil veces la misma pregunta y contesta mil veces la misma respuesta. No es culpa suya. Louis Van Gaal, técnico del Barcelona, ha demostrado en dos años tan poco apego a la cantera -ha despedido a siete futbolistas del primer equipo que habían surgido de ella- que ahora despierta escepticimo cuando apuesta por un nuevo jugador salido de La Masia. Gabri ocupó el domingo en El Sardinero el puesto de Luis Enrique -intocable desde que llegó en 1996 al Camp Nou- y ratificó la espléndida forma que exhibió en el Gamper, donde provocó dos goles ante el Sporting de Lisboa y fue nombrado el mejor jugador.Su nombre en la pizarra por el del asturiano. "Me quedé muy, muy parado; muy sorprendido", dijo Gabri cuando el sábado, antes de viajar, supo en la charla técnica que sería titular. Horas después, el canterano acompañó a Van Gaal a atender a los periodistas en Santander. Benítez, el técnico del Racing, le quería y tuvo que explicar varias veces por qué rechazó ir a El Sardinero. Esa pregunta encierra cómo ha cambiado su mundo en medio año: primero triunfó con la selección sub-20 y luego el Barça B descendió. Pero su futuro nunca fue incierto. Van Gaal le abrió la puerta cuando otros salían y el club le mejoró el contrato. Y se quedó. Fue titular -"Me falta ganarme la confianza de mis compañeros"- y a punto estuvo de marcar un gol (1-2).

Nacido en Sallent (Barcelona), Gabri jugaba en las categorías inferiores del Sabadell hasta que fue descubierto por Oriol Tort, uno de los responsables del fútbol-base del Barça. El Madrid estuvo a punto de ficharlo, pero Tort se adelántó unas horas y lo ató. Gabri se mudó a La Masia a los 14 años y vivió los dos últimos años de Johan Cruyff -"Jugué muchas veces de 4, en el centro o de lateral"-, el de Robson y la era de Van Gaal. Un hijo de los dos holandeses del Barça. Ahora completará su semana mejor: ayer se incorporó, por primera vez, a la selección sub-21 que actuará ante Austria y Chipre. Y llega con algo en la maleta: se ha colado con sigilio en el dilema que arrastra Van Gaal: Lítmanen (lesionado) o Luis Enrique. Gabri no lo ignora y sigue con los pies en el suelo: "Bueno, a ver qué pasa cuando los dos estén bien", dijo. Habló en plural. De dos jugadores. Se le escapó. Como si no diera crédito a que Luis Enrique no arrastrara aún molestias en su rodilla. La respuesta está en la enfermería. Quizás, en la contractura de muscular de Lítmanen.