Estiarte regresa a España para retirarse

La decisión es irrevocable e irreversible. Manel Estiarte, de 37 años, anunció ayer su punto y final como jugador de waterpolo. El capitán de la selección española dejará las piscinas tras concluir su participación en los Juegos Olímpicos de Sydney, que se celebrarán en el mes de septiembre del 2000. Un año entero queda todavía por delante para que la familia del waterpolo pueda admirar el virtuosismo del considerado mejor jugador del mundo de las últimas dos décadas. Es una afición que no será la de Italia, país a donde Estiarte se marchó en 1984 para erigirse en el mejor. Corresponderá a los clubes de la Liga española tener el honor de rendir tributo, en el último año en activo, al deportista que ha capitaneado la década prodigiosa del waterpolo español con el oro olímpico de Atlanta, en 1996, y el oro del Mundial de Perth, en 1998.Estiarte deja Pescara, su lugar de residencia, deja el club que lo contrató hace 14 años y deja la liga italiana, para regresar a sus orígenes. Estiarte fue presentado ayer como nuevo jugador del Athletic Barceloneta, el subcampeón de la última Liga, para preparar sus sextos Juegos Olímpicos consecutivos -desde Moscú 80-, estar cerca de su ciudad natal, Manresa, y, como señaló el propio Estiarte: "Para que mis padres puedan saborear mi último año en activo en la Liga española". Además de los sentimientos como argumento para regresar a España, el capitán de la selección, esgrimió la "importante oferta económica" del Barceloneta. Estiarte percibirá una cifra superior a los 35 millones de pesetas.

"No habrá un Estiarte después de Sidney", explicó el propio jugador. "Es seguro que es mi último año". Y aseguró que nunca se hará entrenador, debido a las exigencias de tiempo que supone seguir ligado a la alta competición. "Además", añadió, "en la liga española hay muy buenos entrenadores".

La apuesta del Barceloneta va más allá de tener al mejor waterpolista del mundo. El club se ha reforzado también con Jordi Sans, otro de los veteranos de la selección, además de continuar con el eje vertebral del equipo que consiguió el subcampeonato liguero -fue derrotado en la final por el Canoe- con Chava Gómez, Andreo y el cubano Biart. El Barceloneta se convierte así en el máximo aspirante al título que no gana desde 1974.

Estiarte, un ganador nato, liderará esta temporada el asalto al preciado premio con su nuevo club español. Ya lo hizo en 1992, cuando hizo un paréntesis en la Liga italiana para fichar por el Catalunya con el objetivo de preparar los Juegos Olímpicos de Barcelona. Ese año consiguió la Liga con el club del barrio de Gràcia y posteriormente la plata olímpica con la selección. Estiarte expuso más razones sentimentales en su regreso a España. "Quiero aportar también mi experiencia en la parte pedagógica de este deporte", indicó. "De chaval aprendí al lado de Lolo Ibern, actual gerente del Barceloneta, y de Cánovas, vicepresidente del club. Ahora me toca a mí dar una imagen de profesional a sus hijos que juegan en el equipo y enseñarles lo que pueda".

Estiarte pidió que su último año en activo no se le brinden homenajes en todas las piscinas en las que se lanzará defendiendo al Barceloneta. "Voy a estar concentrado y motivado y si tengo que arañar, arañaré", señaló. "Cuando me retire, ya habrá tiempo para homenajes".