YAREÏ CANTANTE "La música es el mejor modo de viajar sin salir de casa"

Antes de convertirse en Yareï, Javier Suárez (Granada, 1969) hizo un poco de todo. De niño tocaba el piano de oído e imitaba a cantantes, pero más tarde el periodismo radiofónico le llevó a estudiar en Madrid, donde acabó trabajando en el teatro musical con José Tamayo. La ilusión por dar vida a un proyecto personal le llevó a viajar por Oriente y empaparse de su cultura. El resultado es un disco grabado en cuatro países que lleva por título Café Estambul (Virgin), y que lleva vendida más de 20.000 copias en tres meses. Pregunta. ¿Un proyecto como el suyo exige el respaldo de una multinacional? Respuesta. Antes de grabar, pasé dos años viajando por el Magreb, donde la moda es mezclar el espíritu de Oriente y Occidente, las bases del pop, jazz y funk con el folclore típico. La idea era hacer algo distinto, con vistas a buscar mi hueco en el mercado: que las modulaciones y el timbre tuvieran su propio sello, y que las canciones no se parecieran a las de nadie. Me gustaría ser pionero en España de lo que ya hacen Khaled o Cheb Mani, seguir la estela de los cantantes turcos y sirios de hoy... Cuando me llamó Virgin -una compañía que tiene a los Backstreet Boys, a los Rolling, a Van Morrison, a Jarabe de Palo...- pensé: Pues sí que tiene que ser interesante lo que estoy haciendo. Pero poder cumplir el sueño de tu vida te exige cada día el 100%. P. ¿El mestizaje es un camino que ya no tiene vuelta atrás? R. Me gustaría que el siglo XXI fuera el siglo de las fusiones. Estamos necesitados de nuevos sonidos, y quizás todo eso pase porque las multinacionales se arriesguen a mezclar. Hay que investigar mucho, ver cómo se hacen compatibles los sonidos, y acostumbrar el oído del público a instrumentos como el sitar, la darbuka, el sikú, el yembé... que las canciones sean puro arreglo novedoso. P. ¿Hace falta salir de España para dar con esas claves? R. Pensamos grabar todo el disco en España, donde realmente hay muy buenos músicos. Pero te das cuenta de que en Turquía se ejecuta la cuerda en un cuarto de tono, con un ataque distinto; los marroquíes tocan el violín en posición vertical, con una postura de arco muy especial; las percusiones de Senegal o Sudán también son otra cosa... No es un capricho buscar fuera, si quieres obtener un sonido singular. P. ¿Oír música es también viajar? R. La música es la mejor manera de viajar sin salir de casa. Por eso, siempre recomiendo mi disco a toda esa gente que vuelve cansada del trabajo, que lo pongan mientras se toman un té con yerbabuena, y se sientan como en Fez o en Estambul. Es un disco que se puede vender en las farmacias, como relajante, o en una sex-shop, como banda sonora para una noche de amor.