Una trayectoria errática
A lo largo de su historia, Radio 3 se ha movido al ritmo impuesto por sus respectivos directores. Orientada hacia un público joven y urbano, el constante baile de contenidos ha sembrado no poco desconcierto entre los oyentes durante las dos últimas décadas. Uno de los episodios más recientes en este rumbo errático ha sido la supresión y posterior recuperación, con apenas unos meses de diferencia, de las emisiones educativas realizadas en colaboración con la Universidad Nacional de Educación a Distancia.A mediados de los ochenta, con Fernando Argenta como director, Radio 3 se presentaba como la emisora para los oyentes "más críticos, más contestatarios y progresistas". Había, cómo no, hueco para la música, especialmente para los sonidos no plegados a intereses del mercado o promocionales. Pero los programas de servicio público tuvieron especial protagonismo.
Contagiada de los aires de la BBC-1, la emisora española emprende a comienzos de los noventa una profunda remodelación para convertirse en un canal dominado por el pop y el rock. El resto de los espacios son absorbidos por Radio 1 y Radio 5.
En 1995 se produjo una nueva tentativa de cambio cuando el entonces director de la radio estatal, Diego Carcedo, abogó por una emisora musical insertada en un marco cultural más amplio. Los planes se desbarataron cuando Beatriz Pécker fue nombrada, en la etapa de Fernando López-Amor, subdirectora de RNE. Paco PérezBryan, máximo responsable de Radio 3, defendió a capa y espada la música. Federico Volpini, uno de los históricos de la emisora, se inclina ahora por impulsar el volumen cultural, aunque no por ello enmudecerá la música.
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