El nuevo Madrid gana con una vieja receta
El equipo de Toshack vence en Mallorca con goles de Raúl y Morientes en el tiempo añadido
El nuevo Madrid ganó con una vieja receta, ya muy conocida, infalible. Morientes y Raúl acabaron en un plis plas con la cháchara de la pretemporada. Para entonces, Anelka ya se había duchado, Geremi estaba agotado y Toshack parecía entregado al viejo orden: para marcar goles se necesitan no sólo delanteros, sino centrocampistas. El tiempo añadido no sólo le ahorró la derrota, sino que le dio una victoria inesperada a tenor del discurso del partido, manejado siempre bajo el código del Mallorca, un equipo muy bravo. Un cambio de dibujo a última hora permitió al Madrid atrapar un triunfo con el que ya no contaba desde que Carlos le puso en el disparadero con un gol que retrató el bajo tono vital que los madridistas tenían por entonces.Toshack dejó de tirar de las riendas y respetó la vocación ofensiva del grupo blanco, un equipo con una tendencia natural a desbocarse, siempre más a gusto mirando al marco ajeno que protegiendo al propio. No sólo juntó a Morientes y a Anelka en el frente de ataque, sino que formó una segunda línea ofensiva con Savio y Raúl, uno por banda, mientras Geremi ejercía de barrendero y Redondo de armador. La falta de volantes desequilibró al colectivo blanco.
MALLORCA 1
REAL MADRID 2Mallorca: Burgos; Olaizola, Niño, Siviero, Miquel Soler; Lauren, Engonga (Nadal, m.75), Ibagaza (Serrizuela, m.77), Stankovic; Carlos y Quinteros (Gabrich, m.69). Real Madrid: Illgner; Michel Salgado (McManaman, m.64), Hierro, Julio César, Roberto Carlos; Geremi, Redondo, Savio; Raúl, Anelka (Guti, m.70) y Morientes. Goles: 1-0, m.51. Stankovic saca una falta con la zurda desde la derecha, Illgner y Quinteros acuden a por el balón con desatino y el error del portero, que reclama falta, lo aprovecha Carlos a puerta vacía. 1-1, m.91. McManaman asiste impecablemente a Morientes, que no perdona ante Burgos. 1-2. m.94. Guti controla fuera del área, centra a Raúl, quien remata de primera, con el efecto cambiado, al palo derecho de Burgos. Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Carlos, Hierro y Redondo. Sancionó una entrada de Siviero a Morientes con penalti, que tiró Hierro y Burgos rechazó con las rodillas (m.50). Lleno en Son Moix. Unos 25.000 espectadores. Primer partido de Liga 1999-2000 y estreno oficial del estadio.
Estuvo el Madrid largo rato parado, falto de dinámica, sin encontrarle el hilo al partido, muy roto y con una querencia reiterada por el flanco derecho, por donde operó Raúl, casi siempre por dentro, así que el encuentro se convirtió en un diálogo entre el lateral, Michel Salgado, y el media punta madrileño. El intervencionismo de Salgado y Raúl permitió al equipo forastero encontrar una salida al control de juego que ejercía el Mallorca.
El equipo rojillo ha perdido capacidad de intimidación. No transmite el rigor que se proyectaba a partir del rostro de Cúper. La pérdida de Marcelino y Dani, la llegada de Mario Gómez y el cambio de campo han redundado en una imagen más benevolente, amable si se quiere, menos fiera y más accesible, pero sigue siendo un equipo reconocible, competitivo, difícil de batir. Mantiene una buena organización defensiva, es muy disciplinado y actúa con sentido común. Puesto que se siente lastrado ofensivamente, sabedor de que le falta gol, rentabiliza las jugadas a balón parado. La falta de remate local permitió al Madrid pasar de puntillas por el primer tramo del partido. A la hora del recuento incluso quedan para el inventario dos remates de Raúl y uno al palo y otro al techo de Niño, que avalaron la capacidad del grupo de Toshack para resolver con individualidades las disfunciones del colectivo. La espontaneidad de Raúl resultó un alivio frente al futbolín que paró Toshack. Nadie más dio señal de vida entre los blancos.
Anelka y Morientes se solaparon en ataque estático. Jugador de campo abierto, el francés falló los cinco primeros controles, tantas pelotas como le llegaron. La falta de medios dejó a los delanteros sin comunicación, y Morientes tardó medio partido en darse la vuelta con la pelota en los pies. Le bastó para forzar el penalti de Siviero. Hierro asumió la responsabilidad. Le dio con todo a la pelota y el Mono Burgos la escupió con las rodillas. Burgos, un tipo que recuerda a Gatti más por sus extravagancias que por su solvencia, es uno de esos porteros capaces de cambiar el signo de un partido. Gustan del protagonismo, del cuerpo a cuerpo, así que el Madrid fue a dar con mala pieza en un momento en que parecía decidirse la contienda.
Burgos convirtió la defensa de su área en un acto circense que la hinchada rojilla agradeció. El Mallorca se hinchó al tiempo que el Madrid se encogía. Illgner se arrugó en un balón cruzado por Stankovic, se quedó tirado por el acoso de Quinteros y Carlitos se encontró con la portería franca, aunque en posición de fuera de juego. Puede que algún árbitro anulara la jugada o pitara falta al portero, pero el canguelo de Illgner resultó reprobable desde todos los ángulos. El gol le alcanzó al Mallorca para gobernar el partido hasta el tiempo añadido.
El Madrid se había ido del encuentro de forma lamentable. Los cambios, sin embargo, le cambiaron la cara. Toshack retiró a Anelka, retrasó a Geremi para que no enredara a Redondo y asegurara el orden defensivo, dio entrada a dos medios- McManaman y Guti-, y Raúl y Morientes respiraron. Los medios contactaron con los puntas, y al Madrid le bastaron dos pelotas para el remonte. La primera la puso McManaman para Morientes y la segunda Guti para Raúl. Dos acciones acabaron con el Mallorca, que se quedó mudo, sin tiempo para la respuesta. No hay todavía antídoto para el fútbol de Raúl y el gol de Morientes. El Madrid pudo cantar una victoria cuando nadie en Mallorca daba un chavo por su suerte. Toshack podrá seguir pintando el equipo desde la abundancia.
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