EMBRUJO ASTURIANO
Cada uno mata sus brujas internas según su método personal. Si ayer eran el Águila de Toledo y el Relojero de Ávila los que dieron gusto al gusanillo con sus bicicletas en la cuestona de Riosa, hoy hacen lo propio los habitantes de Barro. Asombrados por la leyenda que va adquiriendo el Angliru, a casi un mes de que se corra la etapa reina de la Vuelta Ciclista a España, Federico Martín Bahamontes y Julio Jiménez, los legendarios escaladores españoles que en los años cincuenta y sesenta llenaron de gloria el ciclismo español, vinieron a Asturias a comprobar el embrujo de esta escalada que trae de cabeza al pelotón mundial. Subieron cuestas de hasta un 22%, y asustados se quedaron. Hoy, en Barro, alguno se va a amedrentar. Se queman las bruxas, como cada año, para ahuyentar los espíritus malignos que rondan por sus rincones en el húmedo invierno. Quitados los miedos, todo se arregla con una buena fabada. Así lo hicieron Bahamontes y Jiménez. Mañana lo harán los barrucanos.-
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