Cañellas y Matas dividen a las bases del PP en Baleares en su pugna por el liderazgo del partido
Dos expresidentes autonómicos de Baleares y únicos números uno electorales que ha tenido el PP en las islas, Gabriel Cañellas y Jaume Matas, mantienen abierta ante los militantes insulares una pugna política y personal para hacerse con el liderazgo de la derecha y el control de la organización, que ha pasado a la oposición por primera vez tras dos décadas de hegemonía.Los dos antiguos jerarcas conservadores buscan por separado, en reuniones y debates diarios celebrados en las juntas locales, adhesiones a sus respectivos proyectos internos. El próximo día 2 de octubre, un total de 1.200 compromisarios del PP decidirán quién se hará finalmente con el control del partido. Jaume Matas pretende representar la renovación y el centro derecha, mientras que Gabriel Cañellas opta por la clásica definición conservadora y el recuerdo de sus victorias en las urnas.
Los movimientos en el PP comenzaron inmediatamente después de que la izquierda y los nacionalistas pactaran apartar del poder a los hombres de Matas y Cañellas, tras los comicios del 13 de junio. Matas no logró la mayoría absoluta ni obtuvo apoyo parlamentario alguno para seguir en la presidencia, pero anunció que pretendía liderar el PP, con la anuencia del presidente del Gobierno, José María Aznar. En plena resaca poselectoral, Cañellas maquinó contra quien fue su heredero y sucesor, y en las últimas semanas propicia una operación alternativa que tiene como probable candidata a la presidencia del partido a la delegada del Gobierno central en Baleares, Catalina Cirer.
Esta inédita batalla preelectoral interna planteada ya en una decena de asambleas-cena de Matas y Cañellas en las tres islas baleares, implica un escrutinio de adhesiones entre las bases y veteranos cargos locales y autonómicos. Ambos oponentes, que se excluyen o relegan mutuamente, suscitan la división de la militancia entre dos opciones diferenciadas, en un versión parcial y no declarada de los comicios primarios internos.
Los dos ex presidentes autonómicos asumen la existencia previa de diferentes corrientes y familias en el seno del PP. Catalina Cirer ha descrito hasta cinco clanes interiores. Cañellas, que mandó en el Gobierno regional y en el partido desde 1983 hasta 1995, año en que fue obligado a dimitir por José María Aznar al verse implicado en un caso de corrupción, pretende anular la opción de Matas, presidente de Baleares en los tres últimos años. Cañellas censura a su rival el estilo americanizado de su campaña electoral acelerada y sus decisiones nada derechistas en lo que a política turística y medioambiental se refiere.
El PP de Baleares, mientras dominó el Gobierno autonómico en los últimos 16 años, fue estrictamente un aparato electoral, un instrumento secundario en la maquinaria de poder que la derecha mayoritaria instauró en toda la geografía insular. Perdidos todos los resortes de la Administración, tras las elecciones del 13 de junio, el PP está huérfano, aislado y en la oposición al Gobierno de izquierdas y nacionalista, excepto en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca. En este complejo panorama, el dominio de todos los resortes del partido cobra una enorme importancia para el próximo dirigente del partido. De este modo, los militantes del PP en las islas desarrollarán el primer debate interno de su historia.
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