Vidal-Quadras, relevado al frente de la fundación ideológica del PP

Alejo Vidal-Quadras, el ex presidente del PP catalán que se ha destacado por su constante denuncia de los nacionalismos catalán y vasco como elementos disgregadores de España, ya no podrá difundir sus tesis desde la plataforma que le proporcionaba ser coordinador general de la fundación ideológica del PP, la Fundación para el Análisis de Estudios Sociales (FAES). A finales de julio fue sustituido en sus funciones por Alfredo Timermans, un estrecho colaborador de José María Aznar en La Moncloa.

Lo que era una fundación concebida en su origen para ser puente entre la sociedad y el PP ha pasado ahora a ser directamente un apéndice del poder, de Moncloa. Vidal-Quadras ofreció la renuncia al cargo después de ser nombrado para una de las 14 vicepresidencias del Parlamento Europeo.Las funciones que ejercía Vidal-Quadras en la FAES, heredadas de Miguel Angel Cortés, actual secretario de Estado de Cultura, han sido atribuidas ahora a Timermans, director general de Asuntos Institucionales de Presidencia del Gobierno, que era ya vicesecretario general de la FAES. Al mismo tiempo, la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, sustituye a José Pedro Pérez Llorca en la vicepresidencia de la fundación.

Timermans seguirá con el mismo cargo en la fundación, pero con las atribuciones que tenía Vidal-Quadras. Con este cambio la FAES, que Vidal-Quadras mantuvo en una línea de independencia del Gobierno, pasa a ser dirigida directamente desde el equipo de fontaneros de Moncloa.

Cuando el PP ganó las elecciones legislativas en 1996, el pacto entre Aznar y Pujol obligó a alejar a Vidal-Quadras del escenario político catalán. El nombramiento como coordinador general de la FAES le proporcionó, sin embargo, una plataforma desde la que mantener sus posiciones abiertamente confrontadas con los aliados nacionalistas de Aznar.

Pero ha sido la inclusión de Vidal-Quadras en la candidatura del PP para las elecciones europeas del pasado 13 de junio la que ha determinado su alejamiento del escenario político español. Ni Aznar ni ninguno de los principales dirigentes del PP han replicado nunca a las críticas que Vidal-Quadras no ha dejado de formular a su propio partido y al Gobierno en los últimos tres años por contemporizar con CiU y PNV. Por su matrimonio de intereses con Jordi Pujol y Xabier Arzallus. La respuesta ha sido buscarle una ocupación que le exigirá estar cinco días a la semana en Estrasburgo y Bruselas.

Antinacionalismo

En el último congreso del PP, celebrado en enero, Aznar mantuvo a Vidal-Quadras en el comité ejecutivo del PP, en lo que fue interpretado como un guiño al antinacionalismo radical que postula el eurodiputado catalán. No obstante, eso no significó que el PP adoptara la política que Vidal-Quadras propugna para Cataluña. Al revés, pese a sus reiterados esfuerzos, Vidal-Quadras y sus cada vez más escasos seguidores en la estructura orgánica del partido han ido perdiendo posiciones. hasta el extremo de que apenas se contó con él para la campaña de las elecciones locales y europeas en Cataluña.Vidal-Quadras no ha perdido ocasión para mostrar su espíritu crítico. La última vez fue anteayer, a propósito de la crisis desatada en los gobiernos de Ceuta y Melilla. El ex dirigente del PP catalán criticó que el gobierno y el PSOE unan sus esfuerzos para hacer frente al partido de Jesús Gil, y en cambio sean incapaces de concertar su acción, dijo, frente a los nacionalismos "reduccionistas y vulneradores de derechos fundamentales catalán y vasco, como en Cataluña y el País Vasco". A su juicio, el ascenso del partido de Jesús Gil en el sur de España es "una amenaza más bien pintoresca" y "un fenómeno pasajero" y, en cambio, los nacionalismos con los que se ha aliado el PP tienen "un proyecto de desmembración de España bien articulado, contumaz y fuerte". La sustitución de Vidal-Quadras al frente de la FAES ha sido acogida con indiferencia por la dirección del PP de Cataluña, según explicó ayer un portavoz. "Confío en que su apoyo al GIL no tenga nada que ver con esto", bromeó uno de los dirigentes del PP catalán.