"En el hoyo 16 me puse a rezar"
Ayer, el despertador de Sergio García no sonó en su hotel de Chicago. Sus padres decidieron que debía dormir todo lo que quisiera. La última jornada del campeonato le dejó exhausto. Su cansancio era más mental que físico. Cuando por fin abrió los ojos se dio cuenta de que no era un sueño, que 12 horas antes había estado a punto de arrebatarle el triunfo en la PGA a Tiger Woods. Con sólo 19 años, el campeón español ocupa ya un puesto entre los 20 grandes del mundo y tiene asegurada su presencia en la Ryder Cup el próximo mes de septiembre. Para él, todas estas cosas son importantes; pero más lo es el que siga disfrutando jugando al golf. "Me lo pasé bomba", confiesa emocionado Sergio García cuando recuerda, a petición de EL PAÍS, cómo fue su tarde de gloria en el campo del Medinah Country Club.Pregunta. ¿Se da cuenta de la que ha armado? En España todo el mundo habla de usted, hasta la gente que no sigue el golf sabe de su hazaña.
Respuesta. Sí. Creo que se ha liado una buena. Me cuentan que en España se habla mucho de mí en los periódicos y en la tele. En Estados Unidos también. Cuando me he levantado hace un rato, lo primero que he hecho ha sido poner la televisión de la habitación y estaban hablando de mí. Parece que les ha gustado lo que he hecho.
P. Una de las imágenes que más se repiten es la del abrazo que se dio con Tiger Woods después del último hoyo. ¿Qué se dijeron en ese momento?
R. Me felicitó y me dijo que había jugado muy bien. Somos amigos y nos llevamos muy bien. Yo, claro, también le felicité. Noté que estaba muy cansado.
P. Veinticuatro horas antes de que comenzara el campeonato, ustedes se citaron para hacer el recorrido. Se apostaron 100 dólares y usted le ganó con dos birdies en los dos últimos hoyos. ¿Cuando llegó a ese punto del campo pensó que la situación se podía repetir, que podía ganar?
R. Probablemente, la gente de mi entorno que sabía lo que había pasado en aquel entrenamiento lo pensó, pero yo, la verdad, es que en esos momentos no me acordaba de nada. La tensión era terrible y estaba muy concentrado en lo que tenía por delante.
P. En el hoyo 16, cuando la bola se fue al árbol, se produjo un momento de desconcierto, de nervios.
R. Fue el momento más comprometido, el más difícil de la jornada. Lo que me preocupó cuando vi allí la bola era que no pudiera hacer un swing. En esos momentos lo que hice fue ponerme a rezar, perdirle a Dios que me ayudara.
P. Le vimos agacharse al suelo y escarbar junto a aquel árbol.
R. Es que quería ver lo que había debajo. La hierba estaba muy alta. Me di cuenta que tenía que arriesgarme. Si quería ganar me la tenía que jugar.
P. Dicen que el secreto de su éxito es, precisamente, su osadía, su descaro.
R. Sí. Yo me atrevo con todo. No me asusto con nada. Probablemente sea porque cada día disfruto más jugando al golf. El último día en Medinah ha sido cuando más he disfrutado jugando al golf. A pesar de lo que me estaba jugando, de los nervios, de la tensión que había en el campo, me lo pasé bomba. P. Se nota que disfruta, no hay duda. Salta, corre, resopla, habla con el público. No para de gesticular.
R. Es que soy así. Me lo estaba pasando tan bien que quería disfutar al máximo. En el hoyo 16, cuando hice el swing, salí corriendo para ver si la bola estaba en el green. Me puse la mano en el corazón porque me estaba jugando mucho y no respiré hasta que vi que estaba dentro.
P. En ese momento, la gente empezó a corear su nombre. Bueno, empezaron a gritar: "Niño, niño".
R. Si algo he conseguido en estos días es que al menos los americanos hayan aprendido a pronunciar la "ñ", y no lo hacen del todo mal. Me animaron en todos los hoyos. Fue algo muy emocionante. A pesar de que Tiger es norteamericano, la gente estaba conmigo.
P. En Estados Unidos creen haber encontrado en usted la figura que necesitaban para enfrentarla a la del Tigre. Además, piensan que usted tiene una gran telegenia.
R. A mí todas esas cosas me interesan poco. Sé que lo que he conseguido va a ser muy importante para mi carrera, pero yo no quiero que mi vida cambie. Soy un chaval de sólo 19 años y quiero vivir como tal. Ahora, en lo que pienso es en comprarme un coche. Me saqué el carné de conducir hace dos meses y todavía no he tenido tiempo de poder disfrutarlo.
P. Un avión le estaba esperando en el aeropuerto de Chicago mientras estaba disputando los últimos hoyos por si no se clasificaba entre los tres primeros, y tenía que marchase al torneo de Múnich a buscar los puntos que necesitaba y estar así en la Ryder Cup.
R. Y el avión se marchó sin mí. Ya estoy en la Ryder, es increíble. P. En el equipo de Europa hay tres españoles: Txema Olazábal, Miguel Ángel Jiménez y usted. Se da la circunstancia de que, además, nunca un jugador tan joven ha estado en esta competición. Otra nueva hazaña.
R. Sí, eso dicen. A mí lo que me interesa es ganar a los americanos. Mis compañeros y yo vamos a ir a por ellos.
P. Tiene una oferta para jugar en Estados Unidos el año que viene. ¿La aceptará?
R. Todavía no lo sé. En noviembre me sentaré a pensarlo con mi agente, José Marquina, y mi padre. De momento, lo que quiero es disfrutar de todo esto y descansar un poco, aunque el jueves ya estaré en Colorado disputando otro torneo. Hasta finales de octubre no vuelvo a casa.
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