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Entrevista:

CANDIOTA Y SEVILLA TROVEROS "El trovo es una cultura que parte del sufrimiento y de la tierra"

Llevan 24 años juntos cantando la historia alpujarreña a golpe de estrofas. Miguel Candiota (Albuñol, Granada, 1936) y José Sevilla (Berja, Almería, 1946) tienen en la sangre el don para soltar poemas cantados e improvisados con maestría y resolución. Su arte ha sido reclamado en toda España, México, Cuba y Francia. Se saben portadores de una tradición en peligro de extinción, con los días tan contados como los de su propia existencia. Ni siquiera las publicaciones, como De trovo con Candiota (1996), les tranquiliza sobre el futuro de estas costumbres, que ya vaticinan "perdidas" en no muchos años. Pregunta. ¿Hay que educarse para trovero o basta con nacer? Respuesta. Sí, se nace. Pero luego hay que ilustrarse un poco. Tomárselo en serio. No es una cultura chabacana, hay que medir los versos, la métrica. El trovo, cuando sale bien es con veladas de horas enteras. P. Lo dice como si el público tendiera a infravalorarlo... R. Bueno, hay gente que se lo toma como tonterías y que riman algo cuando han bebido una par de vinos. Nosotros sufrimos para que no se debilite. P. ¿Cree que corre peligro su permanencia? R. Mucho. Nosotros somos los únicos que, además de participar en festivales como el de la Alpujarra, nos dedicamos también el resto del año a cantar trovos. Eso, además, sin olvidar que somos agricultores, que es de lo que comemos. P. ¿De haber nacido ahora, serían ustedes troveros? R. El trovo arranca del sufrimiento. Si hubiera nacido ahora yo no sería trovero. El trovo nace del temblor de la tierra. Por eso en Madrid no he conocido a ningún trovero. P. ¿Y no les interesa esta técnica a los jóvenes? R. La juventud de hoy no sé cómo le trova al amor. Yo quisiera oírlos desarrollar el trovo si se atrevieran con él. A este paso es muy fácil que se pierda. Las diputaciones tendrían que promocionarlo más. P. ¿Hacen algún tipo de entrenamiento para mantener la agilidad mental? R. Para nada. Salimos con la mente totalmente en blanco e improvisamos. Nos dicen un tema al azar y uno de nosotros lo ataca, el otro lo defiende. P. ¿Cuál es el mejor recuerdo de todas sus exhibiciones? R. Sin duda cuando estuvimos en México. Fueron diez días sin parar. Allí realmente nos lucimos porque se creó ese clima imprescindible. P. ¿Existe bibliografía para quien se interese por este arte? R. Sí hay libros, aunque luego cada trovero tiene sus temas, no usa quintillas de otros.

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