PLÁCIDO DOMINGO, FRENTE AL DILUVIO

Pese a los agoreros, ni un diluvio pudo parar a Plácido Domingo. El tenor español quería conmemorar los 30 años de su debú en la Arena de Verona. 16.000 espectadores confiaban escuchar un programa inicial que incluía los cuartos actos de tres de sus óperas predilectas, Aida, Carmen y Otello, con las sopranos Sylvie Valayre y Daniela Dessí, y la mezzosoprano Denyce Graves junto a Domingo. Pese a la fuerte lluvia, y con dos horas sobre el horario previsto, el tenor salió a escena e improvisó un nuevo programa: Celeste Aida, Granada y un aria de la zarzuela La tabernera del puerto, solo, sin orquesta, acompañado únicamente por un piano, y bajo una especie de tienda de lona que le cubría mínimamente, sin que el público se moviera de sus asientos. La Arena de la ciudad de Romeo y Julieta es una platea especialmente querida para el tenor, ya que fue en ella donde, el 16 de julio de 1969, el papel de Calaf del Turandot, de Giacomo Puccini, proyectó su nombre a la fama. Si el tiempo y el ánimo no lo impiden, está previsto que hoy vuelva Domingo al mismo escenario, en esta ocasión para dirigir la ópera Carmen, de Georges Bizet.-