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Tribuna:Jornal de agosto
Tribuna
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40 años gira que te gira

F. Javier Barroso

La vida de José Domínguez gira desde hace cuatro décadas en torno a su noria. Este feriante de 65 años y vecino de Fuenlabrada recorre durante la primavera y el verano las principales fiestas de la región. El otoño y el invierno lo dedica a tener lista su máquina de 32 metros de altura. Ahora, sus luces destacan sobre el resto de atracciones del recinto ferial de Leganés.José Domínguez trabajó hasta los 25 años como traductor y conductor de la Embajada de Tailandia en Madrid, tras ser mecánico de la Citroën en el concesionario de la calle de Goya. Este segoviano dejó sus labores consulares por "la inestabilidad del trabajo": "Cada vez que venía un nuevo embajador o había cambios de Gobierno surgían los problemas", afirma. Fue entonces cuando se decidió por la noria. "Conocí a la que sería mi esposa. Su familia había vivido desde hacía generaciones de la feria y vi en ese momento que sería una buena salida laboral", rememora ahora Domínguez.

Su primera noria tenía sólo 10 coches y se montaba de forma manual. La actual tiene 32 y necesita una grúa hidráulica para levantarla. El montarla lleva unos dos días, y el desarmarla, otro. Dos camiones se encargan de transportarla. Domínguez recuerda que el negocio desde esos tiempos ha cambiado mucho. "Antes había muchas más norias, pero, como cuesta tanto montarlas y hay que pagar muchos seguros y permisos, los feriantes se han desanimado. Ahora en toda España hay seis norias. En la Comunidad de Madrid, la única es la mía", afirma José Domínguez.

El pagar tantos impuestos ha hecho que este feriante dejara de ir a muchas fiestas porque no le son rentables. Algunos ayuntamientos le ofrecen incluso el suelo gratis para poder disfrutar de "una atracción clásica" y Domínguez se ve obligado a rechazarlo. La actividad comienza para José Domínguez con las Fiestas de San Isidro, en mayo, y termina con las del barrio del Pilar, en octubre. "Antes no faltaba a las fiestas de Pozuelo de Alarcón, Parla o del barrio de Bilbao, pero desde hace unos años lo he dejado porque me cuesta más el levantar la noria y pagar los impuestos que lo que gano. Es una lástima, pero ahora sólo puedo ir a poblaciones grandes en las que haya mucha demanda y estemos más de una semana", explica. Hasta el 17 de agosto permanecerá en el recinto ferial de Leganés. Del 21 al 31 se instalará en Alcalá de Henares.

José Domínguez se dedica durante los meses de frío a tener a punto su atracción. La pinta y comprueba pieza a pieza la máquina. La engrasa y sustituye los componentes desgastados que pueden romperse en los meses de plena actividad. Como la mano de obra resulta muy cara, prefiere arreglarla él para ahorrarse "unos duros". "Cuando llega el verano, la máquina debe estar a pleno rendimiento. Un fallo puede acabar con todo lo previsto y encima hacerte perder dinero. También se mira sobre todo la seguridad de las personas", afirma.

Este feriante tiene un empleado fijo, que es el que mueve la noria. José Domínguez se dedica a vender las fichas. Cada viaje cuesta 300 pesetas y dura unos cinco minutos. La atracción que lleva ahora se construyó hace nueve años. Costó unos 50 millones de pesetas. "Con la noria se gana para comer. Nada más. Estamos asfixiados por muchos pagos y sólo contamos con seis meses para vivir todo el año", señala.

La lluvia y las averías son los principales enemigos de esta profesión. Si el agua cae en fin de semana o en la fiesta local del lugar, "se acabó el negocio". Por eso, José Domínguez no para de mirar el cielo. Su público es muy variado. Desde los niños acompañados de sus padres hasta parejas, pasando por jóvenes. "La gente siempre cree que los feriantes somos gentes de mal vivir o que le va a causar problemas. Es un oficio en donde hay buenos y malos. A mí me molesta que nos traten a todos igual. Mis hijos, por ejemplo, al igual que los de otros, tienen carreras y están muy preparados", afirma.

Domínguez tiene cinco hijos. Sólo el mayor se dedica a la feria, con una caseta de tiro. Ahora se abre la incertidumbre para este vecino de Fuenlabrada. No sabe qué futuro le espera a su atracción. "Mi hijo pequeño se quiere hacer cargo de ella, pero es muy joven. Tiene sólo 15 años, y yo, la verdad, prefiero que se dedique a estudiar y luego ya veremos. Me imagino que algún compañero querrá comprarla o explotarla en el futuro", comenta el feriante mientras entrega un par de fichas a un cliente. La noche acaba de comenzar. Son las diez y José sabe que hoy tendrá que estar despierto hasta las cuatro de la madrugada. Está acostumbrado a ver cómo las luces de su noria sobrevuelan los feriales. Así ha ocurrido en los últimos 40 años.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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