El PSOE de Málaga hace su propio Suresnes al renovar por completo la dirección

Los socialistas malagueños han hecho su propio Suresnes. Anoche renovaron por completo su dirección, en un congreso extraordinario convocado tras perder las elecciones municipales y europeas en la provincia. José Asenjo, vicesecretario general del PSOE andaluz, se ha hecho con las riendas del partido en Málaga y compatibilizará su cargo con el de secretario provincial. Ha reducido a la mitad la anterior ejecutiva de 42 miembros, de los que sólo cuatro continúan. Una mujer, la directora del Instituto de la Mujer, Carmen Olmedo, es la vicesecretaria general. La nueva ejecutiva obtuvo un 70% de votos a favor y un 30%, en blanco.

El nuevo líder del PSOE malagueño se negó desde el principio a confeccionar su candidatura como una suma de familias y cuotas por agrupaciones. En su discurso de presentación de la lista afirmó: "La base social que nos apoya, ese suelo electoral que está siempre con nosotros, se merece un partido mejor que éste. Si no cambiamos, nos convertiremos en una organización testimonial". El congreso aprobó también un documento político, muy crítico, en el que se reclama más peso en el PSOE andaluz para la segunda agrupación de la región en número de militantes y mayor protagonismo de Málaga en Andalucía. Los socialistas malagueños están convencidos de que su provincia "no ha recibido una atención preferente". Tras su elección, Asenjo quiso despejar dudas sobre el significado de estas ideas: "Queremos que el partido sea fuerte, para que el PSOE de Andalucía sea más fuerte y queremos que la provincia de Málaga sea fuerte para que Andalucía sea más fuerte". Y añadió: "Los socialistas creemos en Andalucía, mientras la derecha nunca ha creído y está instalada en un localismo insolidario". José Asenjo completó anoche su particular revolución en el congreso del PSOE malagueño, que comparó con el de Suresnes, donde Felipe González se convirtió en secretario general socialista. Asenjo invitó a los delegados, en el momento de presentar su candidatura, a cambiar la manera de trabajar del partido. Apertura "La sociedad ha cambiado mucho en los últimos 25 años, entre otras cosas, gracias a nuestro trabajo en el Gobierno. Ahora tenemos una sociedad distinta, pero nosotros no hemos cambiado. Seguimos con una organización que funciona como cuando éramos un partido hegemónico, que ganaba todas las elecciones", afirmó Asenjo en el momento de defender su candidatura. "Ahora hemos perdido a los líderes carismáticos con los que ganábamos las elecciones y el partido tiene que abrirse a la sociedad", añadió. Sobre la base social que apoya al PSOE en las urnas, precisó: "Ese suelo electoral que nos da su confianza se merece un partido mejor". Sobre la organización política, el congreso aprobó un documento político muy crítico en el que se afirma: "Se ha producido una cierta identificación del PSOE con las instituciones y cuando se redujo la presencia institucional no supimos cambiar el partido hacia la sociedad. Nos agotamos en un debate interno". El criterio que Asenjo ha seguido para renovar la dirección de Málaga ha sido el de incorporar jóvenes, mujeres y dirigentes con un amplio respaldo social, básicamente alcaldes que han ganado las elecciones. En la nueva dirección hay nueve mujeres, seis jóvenes de menos de treinta años y cuatro alcaldes. Asenjo ha reducido a la mitad la anterior ejecutiva y ha huido de las cuotas por familias o territorios. No ha tenido tanto éxito en su intento de dejar fuera a los barones del partido. Muchas delegaciones mostraron su desagrado en los pasillos y en las urnas por la presencia de Paulino Plata, el consejero de Agricultura y cabeza de la delegación de Antequera. Este congreso, presidido por Eduardo Martín Toval, ha puesto también de manifiesto que las familias han desaparecido prácticamente del mapa socialista malagueño. El guerrista Pedro Villagrán, de la agrupación de El Palo, lo subrayó al declarar en su intervención: "En el último congreso éramos 44 y ahora somos sólo seis". Villagrán también dijo que los que habían perdido la batalla interna se habían quedado "a la solana" y que "el partido no ha cerrado la herida". Estos guerristas residuales se abstuvieron.