_
_
_
_
_

Cientos de muertos en la India al chocar dos trenes de frente, uno cargado de explosivos

Cientos de personas seguían atrapadas anoche en un amasijo de hierros cerca de la estación de Gaisal, en el Estado indio de Bengala Occidental, a unos 500 kilómetros al norte de Calcuta, tras el choque frontal, en la madrugada de ayer, de dos trenes, uno de pasajeros y otro cargado con explosivos. Los equipos de rescate, que carecen del material adecuado, trataban de alcanzar los vagones de segunda clase, en los que permanecían aprisionados decenas de cadáveres. Las autoridades han confirmado la muerte de 250 personas, aunque la cifra real de fallecidos podría llegar a 500. Otras mil personas resultaron heridas.

Más información
Una tragedia que se repite

La colisión entre el tren expreso Awadh-Assam, cargado con un número indeterminado de pasajeros, y el correo Delhi-Brahmaputra fue violentísima. Sucedió a la 1.55 de ayer (las 00.25, hora peninsular española). Las primeras informaciones atribuyeron el suceso a una explosión que desató de inmediato las sospechas de un atentado de los grupos insurgentes, autores de una sangrienta campaña separatista en el Estado de Assam. Al confirmarse que casi todos los viajeros del segundo tren eran soldados y paramilitares de las Fuerzas de Seguridad de la Frontera, y que éste transportaba material militar y explosivos, se especuló también con un sabotaje. Pero las autoridades judiciales desmintieron estos extremos e informaron de que la causa más probable del accidente se debió a que los trenes viajaban por la misma vía en direcciones opuestas por un fallo de señales. El ministro del Ferrocarril, Nitish Kumar, que visitó de inmediato a los heridos en varios hospitales, ahondó en esta tesis. A la salida de una de las clínicas, dijo: "¿Cómo dos trenes pueden circular por la misma vía cuando aquí ésta es doble?". Las autoridades han ordenado una investigación. La falta de un material apropiado, como sierras para cortar metales o una grúa capaz de mover los 13 vagones siniestrados, dificultaba las tareas de rescate e impidía saber el número exacto de muertos. Las autoridades indias contabilizaron 250 cadáveres, pero se desconocía aún la suerte de decenas de pasajeros aprisionados entre los hierros retorcidos de los coches de segunda clase. Los expertos indios calculan un mínimo de 70 pasajeros por vagón, siempre atestados, con lo que el resultado final podría superar los 500 muertos. La mayoría de las víctimas cuyos cuerpos se habían recuperado anoche se encontraban en el tren correo, que explosionó tras el impacto. La imagen del lugar del siniestro era desoladora. Los seis vagones de uno de los convoyes se hallaban empotrados en los siete del otro. Hierros retorcidos, cristales rotos, maletas o hatillos esparcidos entre las vías... A ambos lados, en una macabra hilera, decenas de cuerpos destrozados cubiertos con una sábana esperaban su turno hacia el depósito de cadáveres. Los familiares se apilaban en la estación de Gaisal o en otras del recorrido para saber algo de sus padres, hermanos o amigos. En el hospital regional de Islampur, el doctor D. K. Kundu, que dice tener a su cuidado a 225 heridos, aseguraba que la mayoría padece fracturas múltiples en las piernas o en la cabeza. Otros 125 fueron trasladados a la clínica universitaria de la cercana Siliguri, pues su estado era muy grave. Un grupo de 25 médicos y estudiantes de medicina que llegaron al lugar del accidente poco después del suceso, donde trabajaron durante toda la noche, estimaban que las posibilidades de rescatar a muchas personas con vida son muy reducidas. Mohammed Rais, uno de los heridos, quedó atrapado entre el amasijo de hierros durante dos horas. Tenía sangre en la cabeza, pero logró quitarse la camiseta y emplearla como una venda en espera del rescate. "Soy muy afortunado de estar con vida", dijo. "Fue como una pesadilla. Todo se encontraba en completa oscuridad cuando de repente sonó una tremenda explosión", dijo Nayak Lakhi Bora, uno de los soldados lastimados. Otro de los pasajeros del expreso, Umesh Kumar, estaba ayer desesperado. Sus heridas no eran graves, pero se hallaba presa de un gran nerviosismo en espera de noticias de su familia. Su madre y hermano están entre los muertos, pero su padre y hermana permanecían desaparecidos. El Gobierno ha establecido líneas telefónicas en las que los familiares pueden informarse. Un responsable de los ferrocarriles indios informó ayer de que este accidente tendrá una repercusión directa en el movimiento del té, los derivados del petróleo y los minerales desde el noreste, debido al cierre de la vía. El presidente indio, Kocheril Narayanan, en un mensaje de condolencia a los familiares de las víctimas, subrayó cómo el accidente "pone de relieve la necesidad enorme de mejorar las medidas de seguridad de ferrocarriles para beneficio del viajero", y prometió una compensación a cada víctima de 400.000 rupias (10 dólares).

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_