El ataque al cuartel de Getxo confirma el rebrote de la violencia callejera

El ataque al cuartel de la Guardia Civil de Getxo (Vizcaya) con 30 artefactos incendiarios es el último incidente que confirma el rebrote de la violencia callejera en las dos últimas semanas en el País Vasco. Los agentes hicieron disparos al aire, sin que hubiera heridos. Mientras el PNV mantuvo silencio, los demás partidos condenaron el atentado. El presidente del Gobierno, José María Aznar, tras instar a los violentos "a cambiar", aseguró: El Gobierno "ha hecho mucho en favor de la paz y nada nos va a detener".

El fuego provocado por el impacto de los cócteles mólotov rompió los cristales y ennegreció la fachada del edificio que alberga la cocina del cuartel, la cafetería y una sala de reuniones. El complejo tiene 105 viviendas, en las que residen familias de guardias civiles, junto a dependencias para la expedición del DNI. No hubo heridos ni se desalojó a los vecinos. El ataque comenzó a la 1.30 de la madrugada, mientras las calles del barrio getxotarra de Algorta estaban llenas de gente que disfrutaba de las fiestas. Un grupo de entre 15 y 35 integrantes se acercó al recinto de la casa-cuartel y lanzó una lluvia de cócteles mólotov. Este atentado aporta un nuevo eslabón a la cadena de violencia callejera ocasionada por grupos afines a ETA. El pasado día 20, el coche de una agente de policía fue incendiado en Bilbao y dos días más tarde fue destruida una empresa de trabajo temporal en Gernika (Vizcaya). Días después fue atacado un caserío de un dirigente del PP en Abadiño y la autoescuela de José Luis Añúa, presidente de Unidad Alavesa. En este contexto, los representantes de EH en las Juntas Generales de Álava y en el Ayuntamiento de Vitoria suscribieron una declaración contra la violencia, de la que se retractaron horas después. El PP criticó ayer el mutismo del PNV ante esta escalada y el PSOE acusó al partido de Xabier Arzalluz de "falta de coraje" por no querer "ver ni oír" lo que está sucediendo".