Ramón-Llin recompensa fidelidades

María Ángeles Ramón-Llin ha vuelto a la Consejería de Agricultura y con ella todos sus fieles. Todos los cargos de su departamento que secundaron su dimisión cuando abandonó Unión Valenciana -Juan Carlos Beneyto, Eduardo Primo, Joan Sanz y Enrique Bellés- han visto recompensada su fidelidad. Sin embargo, el caso más llamativo es el del nuevo secretario general de Agricultura, Francisco Quintana, quien hasta hace unos meses fue el director territorial de la consejería en Castellón. Quintana fue destituido fulminantemente por Salvador Ortells después de conocerse que había almorzado con Ramón-Llin, lo que desagradó al por entonces consejero. Ahora, la titular de Agricultura lo convierte en el hombre fuerte de la consejería, dotanto de mayores contenidos políticos a la secretaría general. Ramón-Llin ha reestructurado las direcciones generales de su consejería, que han pasado de 4 a 5. Los que vuelven son Primo, que se ocupará de la dirección general de Innovación Agraria y Ganadería, Sanz, de Modernización de Estructuras Agrarias, y Bellés, de Producción Agraria. Entran José Ferrando -exdiputado provincial del PP por Alicante-, director general de Pesca y Comercialización Agraria, y Auxiliadora Hernández -responsable de Relaciones Externas de Presidencia hasta la fecha e hija del expresidente de AVA Vicente Hernández- como directora general de Relaciones Externas con la Unión Europea. Juan Carlos Beneyto seguirá como jefe de gabinete de la consejera. Ramón-Llin comentó que ha descartado crear una subsecretaría. La consejera no ha respetado ni uno solo de los cargos que había nombrado Ortells, ni tampoco a un hombre como José Miguel Ferrer -director general de Desarrollo Rural- que siguió en el cargo tras su dimisión y que estaba bien considerado por el sector.