Más control sobre las motos acuáticas

Una de las novedades más destacadas de la campaña sobre seguridad en la náutica de recreo de este año es la obligación que se impone a los propietarios de motos acuáticas de matricular estos vehículos. El documento acreditativo de la matriculación deberá llevarse en la embarcación. El auge de las motos acuáticas en las playas provoca muchos riesgos para la seguridad de los veraneantes y de los propios usuarios. José Luis López-Sors, capitán marítimo de Sevilla, dijo ayer que el problema con estas motos lo provocan "muchos jóvenes un poco gallitos y sin mucho respeto por los bañistas". López-Sors puso como ejemplo de estos riesgos la proliferación de motos acuáticas que se está produciendo en el río Guadalquivir, en Sevilla, donde coinciden con bañistas, con los riesgos que para estos últimos provoca dicha coincidencia. Lo más curioso es que ambas actividades están prohibidas. La matriculación ayudará a controlar la propiedad de las motos náuticas aunque hay usos de las mismas que son difíciles de evitar. Ése es el caso del alquiler de motos en las playas andaluzas. López-Sors explicó qué medidas se adoptan para certificar la seguridad de estos servicios. "A estas empresas de alquiler se les exige estar autorizadas por la capitanía correspondiente, suscribir un seguro de responsabilidad por daños a terceros, tener en la orilla una embarcación de salvamento y, lo más difícil de conseguir pues es competencia municipal, balizar la playa para evitar que coincidan motos y bañistas", dijo López-Sors. La prevención de estos riesgos tiene, por tanto, ciertas dificultades. No así la sanción por las infracciones cometidas pues ya el año pasado se impusieron varias multas. López-Sors comentó en concreto una de cinco millones de pesetas impuesta a un empresario de Chipiona por no tener embarcación de socorro cuando una de sus motos causó un accidente. "El empresario ya ha legalizado su situación este año", destacó el capitán marítimo de Sevilla.