Con el dorsal pintado en la piel

"Correr desnudo no es mejor ni peor que vestido. Depende del tamaño", dice divertido el triatleta catalán Xabier Lovet. "Yo no tengo muchos problemas, pero algunos fanfarrones sí que se quejan de que es incomodo, y las chicas, también". Fueron las primeras palabras de Llovet tras ganar la primera carrera nudista del País Vasco, celebrada ayer en la playa de Barinatxe, más conocida como La Salvaje, en Sopelana. A las 10.30, un total de 49 corredores (42 hombres, 4 mujeres y 3 niños) iniciaron el recorrido de 6 kilómetros (la mitad para mujeres y niños) sobre la arena dura después de bajar la marea. Bajo un sol que ya pegaba fuerte a esa hora, se despojaron de la ropa y con buen humor iniciaron una carrera perfectamente organizada. Todos lucían en sus piernas, pintado en negro, el número que hacía las veces de dorsal. Gorras y viseras, gafas de sol, zapatillas y calcetines fueron los únicos complementos permitidos. El participante más joven tenía cuatro años y el de mayor edad, Florencio Villafruela, 61. Desde primera hora de la mañana, en lo alto del acantilado que domina la playa, había tomado posiciones un nutrido grupo de varones de cierta edad, que, provistos de voluminosos prismáticos, se mostraban dispuestos a no perder detalle del "espectáculo deportivo", como llamaban al evento, entre sonrisas cómplices. Además de diversión hubo buen nivel deportivo. El ganador, Llovet, de 25 años y natural de Manresa, había ganado el día anterior la medalla de bronce del Open de España de Triatlón; el segundo clasificado, Francisco Javier Castro, es campeón de Euskadi de Maratón. Entre las mujeres, hubo menos competencia. Begoña Minayo y Jone Etxebarria cruzaron la meta cogidas de la mano y compartieron triunfo, junto a Marlen Maurer, la única que mantuvo el carácter nudista de la prueba hasta el mismo podio. Las tres corren en un club de atletismo de Ortuella. En la categoría de veterano masculino venció Martín García, quien al ver que los demás recogían sus premios vestidos, se colocó en el último minuto una camiseta, que, con la txapela de campeón, formaban un original dos piezas. La alegría de Patxi Roscubas, promotor de la idea, era visible. Para el año próximo ya anuncia gradas "al estilo griego".