Aznar afirma que árabes e israelíes le han encargado que facilite su diálogo

El presidente del Gobierno, José María Aznar, se subió ayer al carro del proceso de paz en Oriente Próximo convencido de que va arrancar pronto. En una conferencia de prensa en Jerusalén -que tuvo que ofrecer en solitario al anular el primer ministro israelí, Ehud Barak, su participación-, Aznar dijo haber recibido el encargo de sirios, palestinos e israelíes de "realizar gestiones" para "allanar caminos" y "facilitar cosas". El diálogo directo entre sirios e israelíes es para Aznar el paso previo para un acuerdo en Oriente Próximo.

Todo apunta a que el proceso de paz en Oriente Próximo se ha puesto en marcha. Barak se reunirá el próximo sábado, por segunda en vez en los últimos diez días, con el presidente palestino, Yasir Arafat, y viajará el domingo a El Cairo para entrevistarse de nuevo con el presidente Hosni Mubarak. Aznar, que regresó a primera hora de la tarde desde Jerusalén a Madrid tras cinco días de gira por Siria, Líbano, Jordania, los territorios palestinos e Israel, no pudo ver culminada su gira, como estaba previsto, con una conferencia de prensa conjunta con Barak, en un momento político tan interesante como el que vive la región.El primer ministro israelí, elegido el pasado siete de julio tras derrotar en las elecciones de mayo a Benjamín Netanyahu, se comprometió en Washington a relanzar el proceso de paz, para luego ratificar esta intención en Londres, junto al primer ministro británico, Tony Blair. La prensa internacional acreditada en Jesusalén esperaba que Barak diera precisiones sobre los plazos y los ritmos de aplicación de los acuerdos ya firmados con los palestinos y reiteradamente incumplidos.

Barak recibió a Aznar a primera hora de la mañana para conocer las impresiones del presidente español tras su rápida gira por Siria, Jordania, Líbano y Gaza. El jefe del Gobierno español también le transmitió que el presidente sirio, Hafez el Assad,está dispuesto a recuperar el diálogo directo con Israel suspendido en 1996. Aznar ya había informado al ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, que Assad estaba "decidido a reanudar las negociaciones de paz con Israel", aparentemente sin condiciones previas. El presidente del Gobierno español se entrevistó el pasado lunes durante tres horas con el presidente sirio en Damasco, primera escala de su gira por Oriente Próximo.

Aznar, que ofreció en solitario una conferencia de prensa en el Hotel Rey David, hizo un balance "positivo" y "esperanzador" de su gira por Oriente Próximo. El presidente del Gobierno, dentro de su análisis sobre el estado del proceso de paz, llegó a asegurar que ha recibido el encargo de todas las partes para realizar "gestiones" en favor del desbloqueo de la situación. No se atribuyó, sin embargo, el papel de mediador.

"Me han pedido que realice algunas gestiones, como me habían pedido antes de este viaje y con mucho gusto las voy a hacer. Tanto con los palestinos, con Arafat, como con los sirios. Y las haré también con los israelíes. Ni tengo, ni aspiro a ningún otro papel que el de contribuir a allanar caminos y facilitar cosas" precisó.

Los encuentros que ha tenido con diversos líderes y las gestiones que realizará en los próximos días demuestran, según el presidente del Gobierno, la confianza que los países de esta zona tienen en el papel de España, que no puede ser otro, según el líder del PP, que el de allanar el camino de la paz. Aznar, por discreción, no quiso desvelar la naturaleza de esas gestiones, aunque todo apunta a que en los próximos días hablará con el presidente sirio, Hafez el Assad y con el presidente de la autoridad palestina, Yasir Arafat, para reiterarles la disposición israelí al diálogo.

Tampoco Aznar dio detalles de su conversación con Barak y de si este le adelantó el calendario de aplicación de los acuerdos de Wye Plantation, cerrados el pasado mes de octubre en Estados Unidos, por los que Israel se comprometió a retirar sus tropas de un 13% del territorio ocupado en Cisjordania. Barak, entonces líder de la oposición laborista,apoyó la firma de estos acuerdos y dio un plazo de tres meses a Netanyahu para que los aplicara. Ahora, en el Gobierno, todavía no ha desvelado su calendario.