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Reportaje:

Banderas no regatea

María Fabra

Antonio Banderas y Melanie Griffith estuvieron ayer en Castellón. Ninguno de los dos regateó esfuerzos en ser amables con los medios de comunicación, con los responsables de Tau Cerámica (la empresa que visitaron) con sus empleados y con las decenas de familiares, nietos incluidos, de sus directivos. Ni Banderas ni Griffith regatearon sonrisas, ni gestos cariñosos entre ellos para que las cámaras lograran buenas tomas, ni firmas de autógrafos, ni saludos a los operarios de la fábrica. Tampoco regatearon minutos de su tiempo ni explicaciones sobre su estancia vacacional en España, que se prolongará hasta el 12 de agosto, tiempo en el que esperan llevar una vida familiar y discreta en Marbella. Pero Antonio y Melanie tampoco regatearán en Palma de Mallorca, donde el barco del que son armadores, el Tau Cerámica, participa a partir de mañana en la regata Breitling, en Puerto Portal. "Nuestro objetivo fundamental es no ahogarnos", dijeron bromeando. En cualquier caso resulta difícil adivinar cómo llamarían a Antonio entre una tripulación en la que se encuentran Juan K., Ricki, Piti, Gaspi y Fonfi, entre otros. Ataviados con atuendos considerablemente distintos, la llegada de los Banderas se demoró una hora, lo que todavía puso incluso más nerviosa a muchas de las trabajadoras de la factoría que esperaban la llegada del más internacional de los actores españoles. El malagueño vestía camiseta negra, pantalón vaquero y botas camperas y no soltó en ningún momento la gorra que portaba en la mano. A Melanie alguien le debió advertir del calor que últimamente azota a Castellón porque llegó con unas chanclas, eso sí, de plataforma y color fucsia, acordes con el vaporoso y escotado vestido de flores. El actor lo dejó bien claro desde el principio. El hecho de que Tau Cerámica patrocine el barco del que él es armador y en el que su hermano efectúa las maniobras de proa no conlleva ningún compromiso ni obligación comercial. "Esta visita es un agradecimiento personal por los regalos que nos han hecho a nosotros, para la casa de Málaga, y a mis padres", dijo. "Queríamos dar un abrazo a estos amigos y supongo que para ellos tendrá una rentabilidad comercial", añadió sin tapujos, con naturalidad y sin asomo de vanidad alguna. Con la misma naturalidad explicó su peculiar receta de la paella que, según aseguró, ha ofrecido a compañeros de profesión como Arnold Schwarzenegger y Silvester Stallone. "No soy valenciano pero, de verdad, me salen unas paellas muy ricas. Tanto, mantuvo, que tras degustar una de ellas el actor que encarna a Terminator "se cayó de espalda". La mayor dificultad que encuentra Banderas para su elaboración en los Estados Unidos es encontrar gambas con cabeza y arroz español. Antonio Banderas habló también de Locos en Alabama, la película con la que se ha estrenado como director, que interpreta Melanie Griffith, que han producido ambos y que se estrenará en España e Italia en septiembre. "Tuve mis miedos", aseguró, "pero no ha habido ningún problema y, además, ha servido para que Melanie y yo nos unamos, un poco más, en el terreno personal". Ahora, que espera dedicar más tiempo a la dirección está pensando en hacer algo con el relato sobre la Guerra Civil escrito por la esposa de Gerald Brenan, una poetisa norteamericana que se afincó en Málaga durante la contienda española. Las pocas palabras de Melanie Griffith estuvieron dirigidas a su esposo y todas ellas fueron para piropearle. "Es un director increíble, muy inteligente, especial y organizado", además de ser, según manifestó, el secreto de su belleza.

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