La detención de los líderes de una secta provoca masivas protestas en China
Miles de seguidores de la secta taoísta Falun Gong se manifestaron ayer en diversas ciudades de China para protestar contra la detención, el pasado lunes, de 70 de sus dirigentes. La Policía Militar reprimió en Pekín una concentración de miembros de esa secta, llegados desde distintas ciudades del país, frente a la sede del Gobierno y trasladó en autobuses a más de 1.000 manifestantes a un estadio deportivo de la capital, donde seguían retenidos anoche.
Varias decenas de seguidores más fueron detenidos en las cercanías de las instalaciones gubernamentales -donde vive y trabaja el presidente chino, Jiang Zemin-, que ayer permanecían rodeadas por miembros del Ejército de Liberación Popular. La policía china trataba así de fustrar el intento de repetir la sentada pacífica de más de 10.000 miembros de este grupo, fundado en 1992, que protagonizaron el pasado abril en el mismo lugar para solicitar el reconocimiento de su secta y una mayor libertad de culto en el país. La portavoz de Falun Gong, Sophie Xiao, denunció ayer que en las ciudades de Cantón y Shenzen, próximas a Hong Kong, alrededor de 100 personas fueron arrestadas por la mañana, momento en que miles de seguidores de la secta se reúnen en los parques para practicar el qigong, un arte marcial que se combina con la meditación. La noticia provocó la concentración en la ciudad de 21.000 personas frente a la sede del Gobierno de la provincia de Guangdong, de la que Cantón es capital.
En otra ciudad de la provincia, Shenzhen, entre 800 y 1.000 personas que protestaban ante las oficinas de la Administración provincial fueron obligadas a trasladarse en autobuses a una escuela de las afueras, donde la secta sospecha que fueron detenidas, según manifestó la portavoz. En Shanghai, cientos de personas iniciaron una sentada en la plaza del Pueblo, en el centro de la ciudad, que se disolvió pacíficamente sin la intervencíón de las fuerzas de seguridad. Las manifestaciones se iniciaron como protesta por la detención, el lunes, de más de 70 dirigentes de Falun Gong a lo largo de todo el país, en la mayor redada realizada desde que el Gobierno de Pekín comenzara a reprimir las actividades de la secta, a comienzos de este año. En la intervención, la policía registró las viviendas de los detenidos y requisó libros y escritos relacionados con este grupo, que dice tener 70 millones de seguidores en el país, y más de 30 millones en el resto del mundo.
En cualquier caso, la cifra parece haber alarmado al Partido Comunista Chino, que sólo cuenta con 60 millones de miembros y que, recientemente, ha advertido contra las "prácticas supersticiosas", por considerar que son un peligro para la estabilidad social del país. El Partido Comunista considera a esta secta como una de las principales amenazas de su actual dominio político y cultural del país.
Los principios de Falun Gong están basados principalmente en el taoísmo, filosofía china que no es del agrado de los dirigentes comunistas. Mientras el budismo y el confucionismo hacen hincapié en mejorar la sociedad y humanidad en su conjunto, el taoísmo es una filosofía individualista y, por lo tanto, afirman sus detractores, revolucionaria.
Contra la homosexualidad
El fundador de la secta, Li Hongzhi, un ex funcionario chino que se encuentra exiliado en Estados Unidos, predica contra la homosexualidad, las drogas y el rock and roll y culpa a la ciencia de todos los males del mundo, que se encuentra al borde de la destrucción, según sus teorías. Li prohíbe a sus seguidores acudir al médico cuando están enfermos y les indica que pueden ser curados a través de las enseñanzas plasmadas en sus libros.Falun Gong sigue las prácticas del taoísmo y el budismo chino, a las que suma la práctica del qigong, una técnica que consiste en desbloquear la energía que circula en el interior del cuerpo humano concentrándose en un punto situado tres centímetros por debajo del ombligo y que se denomina tian-tien (mar de energía). El dominio de esta práctica genera lo que se llama la camisa de hierro, una cualidad que algunos califican de sobrenatural y que, básicamente, consiste en la resistencia física a cualquier golpe durante el combate.
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