Zaplana reitera su voluntad de diálogo para forjar consensos estables tras jurar su cargo

Eduardo Zaplana reiteró ayer su voluntad de diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales tras jurar por segunda vez su cargo de presidente de la Generalitat en el hemiciclo de las Cortes Valencianas. Zaplana estuvo arropado desde el palco de invitados por la presidenta del Senado y los ministros de Interior, Educación y Administraciones Públicas, así como numerosos cargos del PP. "Trabajemos para todos los valencianos, no para el lucimiento personal ni para la experimentación doctrinal", afirmó Zaplana, que hizo una invitación a evitar las batallas estériles.

A diferencia del debate de investidura, Zaplana realizó ayer la mayor parte de su breve intervención ante la Cámara en valenciano. Tras expresar su deseo de ser el presidente de todos los valencianos y no sólo de quienes le han votado, el reelegido presidente de la Generalitat invitó a los parlamentarios a no llevar a las instituciones "al campo de la batalla estéril y la discordia, sino al marco adecuado para entablar debates que cristalicen en la resolución palpable para el progreso" del pueblo valenciano. Ante la atenta mirada de los ministros de Interior, Jaime Mayor; Educación, Mariano Rajoy; Administraciones Públicas, Ángel Acebes, y la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, -escoltados por el presidente en funciones de Baleares, Jaumen Matas, y una segunda línea de cargos del Gobierno integrada por Juan Costa, Juan Cotino, Fernando Villalonga, Luis Espinosa, Esteban González y otros- Eduardo Zaplana manifestó que las relaciones entre el Gobierno y la oposición han de estar marcadas por la "fluidez y la transparencia y el sentir de la proximidad con los intereses de los valencianos". En su breve parlamento, Zaplana argumentó su voluntad de consenso, como ya hiciera en el discurso de investidura, y recordó su compromiso de construir "una nueva cultura política basada en el diálogo y en el consenso, entendiendo que la firmeza en las propias convicciones no es incompatible con lograr puntos de coincidencia y de colaboración entre las distintas fuerzas políticas y sociales" Evitar la confrontación civil "A los que no piensan como nosotros les daremos la razón cuando la tengan", prosiguió Eduardo Zaplana, que añadió que "los conflictos de opiniones no son una razón para la confrontación civil". El reelegido presidente del Consell reconció, sin embargo, que el debate político puede provocar desencuentros, aunque las Cortes deben ser un espacio en el que la ciudadanía encuentre un nivel de "convivencia ejemplar que les permita sentirse próximos a las instituciones que los representan". Como ya adelantase en su discurso durante el debate de investidura, Zaplana advirtió que la oferta de diálogo se realiza desde la mayoría absoluta otorgada por los valencianos. "No pretendo trasladar a la Cámara un discurso ambiguo y vaporoso que esconda algo tan evidente como los resultados electorales que nos exigen completar el camino que hace cuatro años iniciamos. Pero quiero hacerlo sumando energías, recibiendo cabalmente todas las aportaciones y dialogando para llegar más lejos", afirmó. El dirigente popular insistió varias veces durante su alocución a la Cámara en la necesidad de "forjar consensos estables y equilibrados, porque la estabilidad no es patrimonio ni del gobierno ni de la oposición pero es un bien preciado que beneficia al conjunto de los ciudadanos y repercute sobre la buena marcha de las cosas". Las palabras de Zaplana recibieron el aplauso de los diputados populares y la frialdad de los diputados socialistas y de Esquerra Unida, que calificaron el discurso del reelegido presidente de la Generalitat de vagas y faltas de concreción. Tras concluir el acto, el portavoz socialista Antoni Asunción advirtió que su grupo condicionará la elección de senadores territoriales, prevista para el día 28, a que se cierre un acuerdo sobre los nombramientos del consejo de administración de RTVV, el consejo asesor de RTVE en la Comunidad Valenciana y los adjuntos al Síndic de Greuges. La elección de los senadores no necesita de ningún pacto, pero sí el resto de nombramientos.