"¿Por qué no abren las duchas?"
Los inmigrantes rumanos lamentan que permanezcan cerrados los baños que instaló el consorcio hace dos días
Junto a la puerta de la caseta de las duchas instaladas en el asentamiento rumano de la carretera de Burgos (N-I) hay un colchón agujereado tirado en el suelo y una muñeca rota a la que le falta una pierna. La caseta está cerrada con llave desde que se montó en el camino de San Roque.Los 280 rumanos del asentamiento llevan diez días sin ducharse. Para el aseo diario, se las apañan en los dos lavabos que hay en la caseta de las letrinas, donde el olor es desagradable. Por eso piden que se abran las duchas, para poder lavarse en condiciones normales, como hacían en el poblado de Malmea (Fuencarral), del que les echaron.
El aseo diario no es fácil en el poblado. Los inmigrantes se apañan en los lavabos situados junto a las letrinas. Aunque sólo se pueden asear medio cuerpo. Los hombres se lavan con el pantalón puesto. El suelo acaba encharcado.
"¿Por qué no nos abren las duchas? Llevan ya dos días aquí, pero siguen cerradas. No nos dejan usarlas". Ésta era la queja de Ion Manian, de 38 años, casado y con cuatro hijos.
El Ayuntamiento de Madrid equipó el erial de San Roque hace unos días con unas duchas móviles, pero no las ha puesto en funcionamiento.
Los responsables municipales afirman que esa tarea es responsabilidad de Cruz Roja, que es la encargada de la asistencia sanitaria y social en el poblado. Los voluntarios de esta organización no gubernamental afirmaron ayer, desde el poblado, que todo llegará. "Se desarrolla el mismo programa de asistencia sanitaria y social que ya se puso en práctica en el poblado de Malmea", señalaron. Dentro de ese plan de actuación se incluye el programa de vacunaciones para los niños y la puesta en marcha de las duchas.
Javier García, voluntario de la organización Mundo Justo, que presta su ayuda a los rumanos, criticó la lentitud con la que actúa la Administración. "Si las administraciones quisieran, el poblado tendría todos los servicios de atención necesarios. Porque aquí se necesitan las duchas, más letrinas y otras cosas", aseguró.
Las mujeres y los niños del asentamiento se lavan en cubos o en una fuente improvisada de una boca de riego. El pequeño George, de 11 años, montaba ayer en una bicicleta destartalada. "Yo me lavo con un poco de agua que me echo por encima y ya está. Así lo hago todos los días, porque todavía no tenemos duchas. Otros se lavan en la fuente", explicó. Se refería a los niños rumanos más pequeños, que caminan semidesnudos por el suelo asfaltado de San Roque. Los críos aprovechan la fuente para refrescarse a mediodía, cuando más aprieta el calor.
Las mujeres son las que peor lo tienen para asearse. Sólo lo hacen en los lavabos de la caseta de las letrinas para permanecer a cubierto de las miradas. Y para eso deben esperar a que no haya nadie en los retretes.
Al aíre libre y con cubos de agua sólo se limpian sus largas melenas. Se ayudan unas a otras para aclararse."Si tuviéramos duchas, nos podríamos lavar todo el cuerpo, la cabeza, los pies, todo", explicaba ayer una joven madre de dos hijos.
Para tratar sobre posibles soluciones al asentamiento rumano, la junta de portavoces de la Asamblea decidió ayer convocar una reunión de la Diputación Permanente la semana que viene. Quizá para entonces los inmigrantes hayan logrado ducharse.
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