14 de julio, día del agua clara

Acabada la etapa del Galibier y Sestriere, sonaron murmullos de extrañeza entre las gentes de algunos equipos franceses. "Así no vamos a ninguna parte", decían los de La Française des Jeux, enfadados porque su escalador tipo, Robin, uno de los que demandan la paternidad de la frase "ciclismo a dos velocidades", no había podido mantener el ritmo de los mejores en las escaladas. "Esto es muy extraño", decía su director, Marc Madiot. "No cambian las costumbres". "Si los ciclistas nos callamos, esto no cambia", clamaba Christophe Bassons, un símbolo del ciclismo al agua clara (léase sin química) en su columna diaria en Le Parisien. No era ésa la conclusión que habían sacado los corredores de otros equipos a lo observado en el Galibier. "Otros años habría habido más quedados enseguida, y más locos atacando", dicen quienes tienen sensación de cambio. Ayer, 14 de julio, la fiesta nacional francesa comenzó bien temprano, a las 6.30, para 51 de los corredores del Tour. 10 equipos cedieron a cinco corredores cada uno (salvo el ONCE, que cedió a seis) para el control de hematocrito. Los resultados fueron negativos. Y no sólo eso, los inspectores médicos apreciaron un apreciable descenso en la media de los corredores respecto a las muestras tomadas en el prólogo. "En mi equipo el descenso ha sido prácticamente nulo", dice el médico de un conjunto, "y creo que ha sido porque se han tomado después de un día de descanso. De todas formas, no creo que el pelotón, o el Tour, note la ausencia de EPO hasta la tercera semana.