El verdadero problema
JAVIER PÉREZ ROYO¿Cuánto influye el candidato a presidente de gobierno o a presidente de comunidad autónoma en el resultado electoral del partido al que pertenece? ¿Es tan decisiva su aportación, como normalmente se tiende a considerar? En las elecciones municipales es claro que el candidato a alcalde juega un papel extraordinariamente importante e incluso decisivo. Pero ¿ocurre lo mismo en las elecciones autonómicas y estatales? No estoy nada convencido de que sea así. Tengo la impresión de que el voto en España es bastante más ideológico de lo que normalmente se tiende a pensar. Si así no fuera, a mí, al menos, me resultaría inexplicable el previsible resultado electoral que todos los estudios de opinión han venido pronosticando desde las elecciones del 3-M del 96 así como el resultado real y efectivo producido el pasado 13-J. ¿Cómo se explica si no, que un partido que no ha tenido candidato durante buena parte de la legislatura y que ha dejado de tenerlo inmediatamente antes de la celebración de las últimas elecciones haya mantenido en los estudios de opinión primero y en el resultado electoral después casi la misma posición que tuvo en las últimas elecciones generales? Si la participación electoral del 13-J del 99 hubiera sido la de 3-M del 96, el resultado habría sido casi idéntico. En todo caso, en las próximas elecciones autonómicas vamos a tener ocasión de comprobarlo. En esta ocasión no va a ser el PSOE el que va a concurrir sin candidato a presidente de la Junta de Andalucía, sino el PP, que todavía no sabe a quién va a designar para que ocupe ese lugar. Independientemente de que las elecciones se adelanten al otoño o se celebren en la próxima primavera, es evidente que, tras la autoexclusión de Javier Arenas, el PP no tiene tiempo para que ninguno de sus dirigentes se afirme como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía. Quien concurra por el PP como candidato a presidente lo será desde un punto de vista formal, pero no desde un punto de vista material. No va a tener el reconocimiento social previo que un candidato de verdad tiene que tener. Y, en consecuencia, es prácticamente nada lo que va a poder aportar a la campaña electoral de sus partido. Las próximas elecciones andaluzas, sobre todo si se celebran separadas de las elecciones generales, van a ser un laboratorio excelente para comprobar qué es lo que un candidato añade o no añade al resultado de su partido. Y tengo para mí que el resultado del PP no va a ser muy distinto que el que ha tenido en las últimas consultas. Por eso no creo que la designación de un candidato a presidente por el PP sea un gran problema que complique adicionalmente su situación en Andalucía. El problema del PP no es el candidato a presidente. Su problema es que no sabe qué hacer con Andalucía. Éste es un problema que arrastra la derecha desde la época de UCD y que todavía no ha sido capaz de resolver.
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