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Ver los toros desde el balcón

Ver el encierro es también un acto comercial. La inmensa mayoría de los pamploneses lo ve como en Honolulu: por televisión. Pero si alguien se anima a seguirlo en vivo y en directo tiene otras posibilidades. Los vallados callejeros son gratuitos, pero escasos y hay que armarse de paciencia para coger sitio desde muchas horas antes de la carrera. Después, como todas las magias, pasa en un visto y no visto. Al margen de presenciar el final en la propia plaza de toros, donde los tendidos son gratuitos y las gradas y graderíos, de pago, existe desde hace unos años una opción nueva: alquilar un balcón para presenciarlo en la calle. "Nosotros somos una empresa de guías turísticos que funciona todo el año", explica Mikel Ollo, responsable de Erreka, "pero cuando llegaba San Fermín nuestros clientes nos pedían insistentemente ver bien un encierro. Hace cuatro años llevamos a algunos a casas de amigos y conocidos, pero la demanda crecía y vimos que había una opción comercial que podíamos explotar", añade. Erreka posee hoy una central propia de reservas para ver los encierros. Dispone de 70 plazas diarias en balcones repartidos por todo el recorrido. Atiende a una clientela VIP y cobra 10.000 pesetas por persona en un paquete que se inicia a las siete de la mañana. "Se les recoge en sus hoteles. Son grupos de no más de diez o doce personas. Tenemos guías en diferentes idiomas. Se les traslada hasta los domicilios donde verán el encierro y se les explican detalles de cómo es la carrera. Una vez visto, acuden a un hotel céntrico donde tienen incluido un desayuno. Allá pueden ver el vídeo grabado del encierro. Se comentan las imágenes y, si lo desean, pueden llevárselo como recuerdo de lo que acaban de presenciar". Los balcones de los primeros pisos son más caros. Los más altos, más baratos. Erreka trabaja con las familias que viven en esas viviendas, con las que tienen un acuerdo comercial. "No molestas a nadie porque todo el mundo se levanta a ver el encierro o tiene amigos o parientes que van a ir a verlo, así que es más agradable para el cliente. Se pueden tomar su café en una espera que es larga porque la Policía Municipal cierra las calles bastante antes de las ocho de la mañana. Tienen la televisión para entretenerse, el baño de cada casa a su disposición ..." y las familias obtienen un ingreso extra retirando geranios y colocando guiris. El 60% de los clientes de Erreka son estadounidenses. El resto, hasta el 90%, extranjeros de otros países. Los nacionales suponen el 10% restante. Por regla general, los ejecutivos, hombres de empresa o mandatarios nacionales tienen más fácil acceder como invitados a balcones particulares o de instituciones ubicados en el recorrido, como los del Departamento de Educación y Cultura, en la Cuesta de Santo Domingo, el propio Ayuntamiento o la Plaza de Toros. Las opciones más sencillas de alquiler de balcones con otras empresas sitúan sus precios entre las 3.000 y las 5.000 pesetas. Con derecho, eso sí, sólo a balcón, y a la calle.

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