La cárcel de Martutene pondrá en marcha en septiembre su programa de intercambio de jeringuillas
La cárcel de Martutene pondrá en marcha en septiembre su programa de intercambio de jeringuillas destinado a prevenir la aparición del sida entre los consumidores de drogas por vía intravenosa, sobre todo heroína. La prisión guipuzcoana será la cuarta de España y la segunda del País Vasco (en Basauri se implantó hace dos años) en incorporar este programa, que permite a los presos toxicómanos cambiar su jeringuilla usada por otra nueva. A pesar de que está prohibido, gran número de internos sigue consumiendo droga de manera sistemática en el interior de las cárceles.
La carencia de jeringuillas a disposición de los presos les lleva a compartirlas o a usarlas repetidamente, elevando así el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas como el sida, la tuberculosis o la hepatitis. Una comisión integrada por representantes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias (que tiene la competencia sobre las prisiones), de la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno vasco y de los planes nacional y autonómico antisida ultiman este mes los pormenores del proyecto. Las características de Martutene (de tamaño, tipología de la población reclusa, actitud de los equipos profesionales, implicación de recursos y colectivos comunitarios) han convencido a Instituciones Penitenciarias de que es aconsejable experimentar el programa en este centro penitenciario. El primer programa de reparto de jeringuillas en una institución penitenciaria española se desarrolló en julio de 1997 en la cárcel vizcaína de Basauri. Las instituciones implicadas evaluarán el desarrollo del plan el próximo 21 de julio, dos años después de instaurarse. El subdirector general de Sanidad Penitenciaria (dependiente de Instituciones Penitenciarias), Juan Antonio López Blanco, adelantó que la experiencia está resultando "muy positiva". "El programa no ha registrado ninguna incidencia negativa, no ha alterado el pulso de la cárcel y la colaboración entre las autoridades de la prisión y los equipos que se encargan del plan ha sido total", se congratuló. La buena marcha de la experiencia de Basauri ha permitido trasladar el proyecto a las cárceles de Pamplona y Tenerife (comenzará en ésta el próximo lunes). Martutene es la siguiente. Según la Plataforma de Martutene (colectivo que integra a varias asociaciones sociales que luchan por los derechos de los presos), el 60% de los internos de la cárcel guipuzcoana sufre la adicción a las drogas, y de este porcentaje, el 80% es portador del virus del sida o ha desarrollado la enfermedad. Clima social favorable López Blanco aseguró que la intención del Gobierno central es que en un futuro todas las prisiones cuenten con el programa de intercambio de jeringuillas, aunque reconoció que las circunstancias que se dan en el País Vasco favorecen la implantación de este proyecto. "En Euskadi esta experiencia está implantada a nivel comunitario. No tiene sentido desarrollar el programa en la cárcel si después en la calle no tiene continuidad, porque el interno quedaría descolocado", advirtió. El subdirector de Sanidad Penitenciaria indicó que la implantación en la prisión alavesa de Nanclares de la Oca dependerá del porcentaje de población reclusa que sea adicta a las drogas por vía parenteral, entre otros factores a tener en cuenta. "Antes de iniciar el programa en Basauri realizamos una encuesta entre los penados que ingresaban por primera vez: el 50% reconoció que en algún momento de su vida había tomado o que seguía tomando drogas. Y de este 50%, las tres cuartas partes lo hacían vía parenteral", explicó. El representante de la Plataforma de Martutene, Txus Congil (que ha participado en la comisión mixta para implantar en la cárcel guipuzcoana el programa), puntualizó que aún queda un fleco pendiente de resolver: quién se hace cargo de plasmar en el día a día el reparto de jeringuillas dentro de la prisión. "Instituciones Penitenciarias es partidaria de que el intercambio lo hagan sus equipos profesionales, mientras que el Gobierno vasco y las asociaciones que estamos en la Plataforma preferimos que se encargue una ONG", expuso. Según Congil, el factor de riesgo más importante para la transmisión del sida y de otros virus transmisibles por la sangre es el uso compartido de jeringuillas. "Hay que poner todos los medios para evitar las infecciones y facilitar el acceso a programas alternativos".
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