Rosa Díez avalará la candidatura de Almunia a la presidencia del Gobierno
Joaquín Almunia será propuesto por Rosa Díez, en su calidad de miembro del Comité Federal, como candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. El secretario general de los socialistas anunció ayer que ha aceptado esa iniciativa, promovida por la número uno en la candidatura europea de los socialistas al frente de la cual redujo a la mitad la distancia que el PP sacó al PSOE en 1994. Hace pocos días, Díez había sido citada por el guerrista y presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, como posible candidata, pero salió inmediatamente al paso para decir que en modo alguno aceptaría esa nominación; entre otras razones, porque la deseaba para Almunia.
Éste dio ayer un nuevo paso adelante, en una rueda de prensa previa a una conferencia en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial, al iniciar los trámites formales para convertirse en candidato. Almunia expresó públicamente su deseo de que haya otras candidaturas y, a la vez, matizó que las propuestas no las hacen sectores del partido, sino miembros del Comité Federal a título individual. También recordó que la corriente Izquierda Socialista se reunirá hoy para decidir a quién respalda.
El líder socialista relató con humor que se encuentra "muy sereno y tranquilo" e indicó que ha pulsado la opinión de muchas personas no sólo de dentro del partido, sino también de fuera, aunque rehusó identificarlas. Según dijo, aún no ha conversado sobre su probable candidatura con los responsables de los sindicatos UGT y CC OO, pero dijo que tiene prevista una reunión con Cándido Méndez para hablar de otros asuntos.
Almunia salió en defensa del candidato a la presidencia de Cataluña, Pasqual Maragall, al organizar el miércoles una cena multitudinaria con empresarios, a 100.000 pesetas el cubierto, para recaudar fondos para su campaña y recordó que ese tipo de actos son habituales en otros partidos, incluso fuera de épocas preelectorales.
En su opinión, la polémica responde a que el PP y CiU creen tener derecho a monopolizar las relaciones con los empresarios cuando la realidad muestra que muchos se sienten más próximos al PSOE que al PP o a CiU. "¿O es que los empresarios tienen que pedir permiso a Pujol o Piqué para saber si pueden acudir a una cena como la de Maragall?", ironizó.
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