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Cambios

DE PASADALa llegada del nuevo gobierno al Ayuntamiento de Córdoba es palpable. Nada más entrar a la casa consistorial, el ciudadano percibe que algo ha cambiado. Por lo pronto, está abierta la escalera de mármol, un lujo que da acceso directo a los despachos de la alcaldía; el protocolario cordón rojo, que impedía el paso hasta hace unos días, ha desaparecido evitando dar un rodeo a quienes se dirigen a estas dependencias municipales. La medida, no obstante, ha levantado sus críticas. Hasta ahora, y tras el atentado de ETA en Sevilla, para acceder a las plantas superiores del Ayuntamiento había que pasar por un escáner. La llegada de Rosa Aguilar a la alcaldía ha fulminado dicho aparato. Política de puertas abiertas, lo llaman. Ayer mismo hubo otro cambio: el pasillo del salón de plenos amaneció lleno de unos misteriosos macetones. Buscando el origen de tanta floresta, encontramos que las plantas provenían del hasta ahora despacho de la teniente de alcalde de personal, Antonia Luisa Sola. Ella misma habló del valor de su quentia, y no tuvo reparos en alabar el gusto del antiguo concejal de Infraestructuras de IU, José Rodríguez Maqueda, de quien había recibido tan importante herencia. Al parecer, el nuevo inquilino del despacho, el encargado de Cooperación y Solidaridad, David Luque, decidió prescindir de tanto elemento ornamental y las mandó de turismo al pasillo. Los populares aseguran que bramó diciendo que aquello parecía un jardín botánico. Otra interpretación más benévola, aportada también por un munícipe del PP, Miguel Ángel Torrico, hace caer en la cuenta del más que probable motivo de la expulsión de las macetas: la condición de invidente de Luque podría hacer aconsejable sacar las plantas del despacho. En fin, entre macetas y despachos, la vida sigue. Los nuevos miembros del gobierno tomando posesión de sus áreas. No hay tregua, ni el cumpleaños de Aguilar, el pasado miércoles, permitió un pequeño descanso -por cierto, comparte festividad con Manuel Chaves y con San Fermín-. Y los del PP, protestando por su destierro al callejón, como se conoce al despacho que ahora ocupan, por su disposición alargada. Ya no se acuerdan de que allí vivía IU antes. ANTONIO FERNÁNDEZ

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