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Tribuna:POLÍTICA HIDRÁULICA
Tribuna
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Esta sequía ya había sido anunciada

Los andaluces, después de sufrir la peor sequía del siglo hace sólo cuatro años, estamos otra vez mirando al cielo. Otras vez regateándole fechas al almanaque para albergar la esperanza de que el próximo otoño se compadezca de esta tierra. Durante la anterior sequía, todas las instituciones fomentaron el ahorro de agua ante la opinión pública. A esta iniciativa, la ciudadanía y el sector agrario respondieron de forma ejemplar. La sociedad en general asumió como suya la responsabilidad de mantener hasta el final las pocas reservas de agua que quedaban. Los regantes, por su parte, también resistieron de forma ejemplar las escasas o incluso nulas dotaciones para riego en las campañas del 91 al 95. Desde la última sequía somos más conscientes de la trascendencia y la importancia de utilizar con buen criterio el agua. La actual sequía viene precedida además por la insistencia permanente de la Plataforma del Guadalquivir en la necesidad de invertir en infraestructuras hidráulicas en la Cuenca. Desde que terminó el anterior periodo seco en 1995, los agentes sociales, económicos y las instituciones representadas en la Plataforma del Guadalquivir han estado permanentemente recordando a las Administraciones la necesidad de planificar el futuro de nuestra autonomía garantizando el recurso agua. En una zona mediterránea como es la Cuenca del Guadalquivir, la climatología alterna largos y duros periodos de sequía con cortas y esporádicas temporadas de lluvia. Ante esta evidencia y después de tres años de lluvias abundantes, en diciembre del pasado año, la Plataforma ya emitió un comunicado en el que se demostraba con datos la entrada de un nuevo periodo seco. Antes de las Navidades del 98, Andalucía sólo había recibido 59 litros por metro cuadrado frente a los 503 que cayeron en el mismo periodo del año anterior. Ya en febrero, los malos augurios de precipitaciones con los que terminó el 98 se reafirmaron. El 4 de febrero, la Plataforma volvió a alertar sobre el inicio de una nueva sequía unida a la ausencia de inversiones en la Cuenca del Guadalquivir. En ese mes, los embalses sólo tenían un 66% de agua almacenada, cifra notablemente inferior a las reservas de agua del 82% en febrero del 98. A finales del pasado mes de febrero, con motivo de la inauguración de la exposición "Con Agua, Andalucía anda", la Plataforma reiteró la situación dramática que ya vivía el sector agrario andaluz por la ausencia de precipitaciones. Pero desde el Ministerio de Medio Ambiente se negaba lo evidente. El 24 de ese mismo mes, el director general del Instituto Nacional de Meteorología descartó que España se encontrara a las puertas de una nueva situación de sequía. Al día siguiente, Isabel Tocino, ministra de Medio Ambiente, también negó en el Senado que estuviésemos en un periodo seco. Mientras tanto, las pocas precipitaciones que se han producido en 1999 se centraron en esas fechas y mantuvieron el nivel de los embalses en el 66% frente al 83% de marzo del año pasado. En los últimos días de marzo, los medios de comunicación reafirmaban las predicciones que a finales de 1997 habían realizado dos científicos de la Universidad de Barcelona: las lluvias catastróficas acaecidas en el Pacífico suramericano a causa de El Niño auguraban una temporada seca en nuestra comunidad autónoma. A partir de ahí, la historia está reciente y perfectamente impresionada en la memoria de todos. Desde que se inició el pasado mes de abril, los andaluces encontramos casi a diario el problema de la sequía en los medios de comunicación. Editoriales, columnas, amplios reportajes, gráficos... todo corrobora las fatales predicciones de una nueva sequía que se ha visto venir de forma impasible desde la Administración competente. Con las lluvias de finales de abril y las esporádicas precipitaciones de mayo, Andalucía sólo ha llegado a la mitad del nivel de precipitaciones de los últimos 40 años. Hasta el momento, este año sigue siendo igual de seco que el peor de la última sequía. Ahora volvemos a oír las recomendaciones de ahorro desde las empresas de abastecimiento y nos encontramos con declaraciones como las que realizó Confederación Hidrográfica el pasado 13 de abril: "Estamos en una sequía dura y declarada, por lo que conviene ya tomar medidas de ahorro". Una vez más, las lluvias de los últimos años han anestesiado a la Administración. De nuevo es necesaria otra sequía para despertarla del aletargamiento. Andalucía, los andaluces, no se merecen esta situación. Iniciar la construcción del embalse Breña II en 1999 debe ser el primer paso para garantizar el futuro de esta tierra.

Antonio Torres García es coordinador de la Plataforma del Guadalquivir

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