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La dignidad

"Al rey la hacienda y la vida se han de dar, pero el honor..." Esta cita culta de Soledad Becerril al final de su discurso me atrapó, me puso las orejas tiesas, erizó en mí sensaciones o sentimientos que se me escapaban por diversos y que he tratado de ordenar. En primer lugar una sensación de alivio porque a los reyes de ahora no hay que darle tantas cosas. Después una curiosidad por el significado de la palabra honor. El honor del alcalde de Zalamea está bien claro y es cosa de hombres, de virtudes y cualidades caballerescas; el de la mujer, en aquellos tiempos, era también el del hombre y se refiere al recato de su comportamiento con el otro sexo. ¿Qué es ahora el honor? María Moliner lo traduce a palabras de ahora como dignidad, rectitud, propia estimación, etc. Y comenta que, con referencia a la mujer, la palabra dignidad tiene el mismo significado que honor, pero se usa hablando de mujeres de cualquier clase social. Es la cualidad de la persona que, por su conducta, es merecedora de consideración y que obedece a los estímulos de su propia estimación, o sea, que se hace respetar y que no la toman por el pito de su sereno. Un tema que hoy nos importa mucho a las mujeres porque nos ha costado tanto trabajo estrenar la dignidad como conservarla. Creo que se trata de un valor que no ha perdido actualidad. Quizá apenas nos quedan ya verdades absolutas, pero sí debemos tener respeto de nosotros mismos, de nuestra propia verdad, hombres y mujeres, aunque nos traiga conflictos e inquietudes; la alternativa es el silencio del conformismo, del temor y el disimulo. Y además no creo que sea inútil ni para la política. La autoestima se nota, es atractiva y da salud. Una de las mayores fatalidades del poder debe ser llegar a caer prisionero de las cosas o las personas que lo permite. No hay caminos de rosas, y menos para las mujeres con responsabilidades importantes. Ellas no suelen necesitar hacer demostraciones de fuerza, sino valor para soportarlas y salir airosas en el intento. Si a veces ocurre con frecuencia debe ser porque a los hombres, cuando se ponen agresivos, se les considera valientes.

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