"Ningún partido invierte hoy en ideas para buscar soluciones"
Edgar Morin (París, 1921), sociólogo, escritor y ensayista, ha acuñado un nuevo término, "el pensamiento complejo", que puede convertirse en una filosofía para el siglo XXI: la necesidad la enseñanza deje de ser un conjunto de disciplinas separadas, ajenas entre sí, porque la mayoría de los problemas deben ser mirados desde muchos puntos de vista. "Hay que pensar en conjunto, eso es pensamiento complejo", sentencia Morin, que participó esta semana en los cursos de verano de Almuñécar. Y dejó caer como bombas varias reflexiones. Una de ellas: "Hoy, ningún partido político invierte en ideas para la solución de los problemas, sólo tratan de salvar lo inmediato". Pregunta. Usted afirma que en este siglo se ha producido una fuerte crisis social. Respuesta. En realidad, hay varias crisis. Una es por la transformación tecnológica, que lo ha cambiado todo. La otra es la crisis de la modernidad, de la idea de que el progreso, la ciencia, es lo único que debe desarrollarse. Una tercera crisis está más escondida: el capitalismo ha producido una civilización que potencia el individualismo. Eso da como resultado la soledad y la atomización de las personas. Vivimos en una época en que la ciencia crea la bomba termonuclear y al mismo tiempo hay una sociedad del bienestar. El bienestar de nuestra civilización, sin embargo, va acompañado de un hondo malestar. P. ¿Cuándo se dio esa crisis? R. No hay un momento concreto. De pronto descubrimos que hemos traspasado el umbral. Había síntomas, pero no nos dábamos cuenta. Cuando en los años sesenta comenzó la moda de las vacaciones, eso reflejaba que ansíabamos una vida más natural, que rechazábamos el entorno urbano. Nadie percibía un problema. Hemos olvidado la importancia de la calidad de vida. P. ¿Qué opina de la propuesta de Blair y Schröder para buscar salidas a esa crisis? R. Lo que ellos han llamado la tercera vía no es realmente la tercera vía. Es una forma de acomodarse a la vía liberal. La tercera vía significa que no podemos dejar en manos del mercado la solución de todos los problemas. Creo que las fórmulas de los países del norte están agotadas. Debemos buscar una política de civilización nueva, más mediterránea. P. ¿Ve buena voluntad en los políticos? R. Hoy ningún partido político invierte en ideas, no hace inversiones intelectuales sobre ideas para solucionar los problemas, sólo tratan de salvar lo inmediato, el día a día. Se produce una cadena extraña: los políticos se asesoran por expertos, que sólo ven una parte, pero no el todo. Hay un exceso de burocracia. Debemos repensar cómo reformar las burocracias. P. Usted ha creado en Buenos Aires el Instituto Internacional del Pensamiento Complejo. ¿En qué consiste? R. La enseñanza es, ahora mismo, un conjunto de disciplinas separadas. Hay muchos problemas que necesitan la intervención de varias disciplinas conjuntas. Muchos problemas sociales han de ser vistos desde muchas miradas. Pero no basta con yuxtaponer las disciplinas. Hay que pensar en conjunto, eso es el pensamiento complejo. No podemos tomar las partes, sino el todo. Es un tipo de pensamiento que necesita una reeducación.
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