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La quinta corporación de la democracia dice adiós

Emotiva despedida del socialista Juan Barranco y de otros 22 concejales del Ayuntamiento

Antonio Jiménez Barca

La quinta corporación municipal de la democracia en Madrid celebró ayer el último pleno de su mandato (1995-1999). Veintitrés concejales se despidieron (algunos llevaban 16 años en el cargo) en una sesión meteórica de 15 minutos sin nada que discutir. Sin broncas, ni gritos, ni abucheos, ni "Madrid está sucio", ni "Madrid está limpio", ni "hay un tráfico de mil demonios", ni "con ustedes era peor". Aquello pareció el final de unas vacaciones en grupo: saludos, abrazos, fotos en formación, intercambio de teléfonos y de tarjetas y de afecto. Los que hasta ayer formaron parte del Consistorio madrileño, los 55 concejales, del PP, del PSOE y de IU, enseñaron un trozo de corazón y demostraron que se puede coger cariño a quien se pone verde un día sí y otro también. Juan Barranco, portavoz del PSOE en los últimos 10 años, y antes alcalde, y antes primer teniente de alcalde, resumió con una frase de tango su paso por esta institución: "Dicen que 20 años no es nada, pero yo digo que 16 años son muchos". Barranco se puso en pie en señal de respeto a la hora de cerrar con un discurso su paso por el municipio. Recordó la inmensa cantidad de fiestas, despedidas y homenajes a los que ha acudido en los últimos días: "Y en todos digo que me voy del Ayuntamiento, y parezco el de la ranchera, ése que dice "que me voy, que me voy, y no te has ido", pero hoy es de verdad. Hoy me voy del Ayuntamiento". Luego evocó a sus dos compañeros concejales que murieron en la pasada legislatura, Ana Tutor y Gabriel Fernández. Y también habló del PP. "Porque hay buena gente en esos bancos. Cuando yo era teniente de alcalde tenía problemas para encontrar vivienda, y llegó un concejal del PP y me prestó una casa que tenía en la plaza Mayor. Se llamaba Alejandro Muñoz Revenga y nunca hasta hoy he podido agradecerle públicamente eso".

"Muchas gracias"

Después prosiguió, más emocionado: "En estos casos se puede hacer un discurso largo y otro corto: yo hago los dos. El largo es "muchas gracias a todos los ciudadanos", y el corto es "muchas gracias". También dijo Barranco que seguirá en la política como senador, que "hay que saber dónde están las raíces de uno". Por eso, cuando se le preguntó qué iba a hacer después del último pleno municipal de su vida, contestó: "Ir al partido del Rayo, que yo soy de Vallecas, a ver si sube a primera". Y subió. Antes, Francisco Herrera, portavoz de IU durante 16 años, tras felicitar al alcalde por su triunfo electoral, manifestó: "Confiamos en que en el 2003 se pueda cantar aquello de "No pasarán" porque la izquierda ha ganado a la derecha". Herrera, que trabajará en la presidencia federal de IU, deseó suerte a todos. "Y a usted, alcalde, y con sus propias palabras y creencias, que Dios le ilumine". Tras Barranco habló el alcalde, José María Álvarez del Manzano, del PP, también en pie, también en señal de respeto. "Ahora no es tiempo de recordar lo malo. Estad orgullosos de haber pertenecido al Ayuntamiento, porque desde esta institución es desde donde mejor se oye al ciudadano". "Y, como decía Herrera, que Dios nos ilumine, y se levanta la sesión". En ese momento José María de la Riva dejaba de ser concejal socialista tras 16 años de esfuerzos; hoy visitará el instituto donde dará clases. También abandonaba el cargo Luis Molina (PP), delgadito, nervioso y eléctrico, responsable de Limpieza, que se ocupará desde julio de "asesorar al alcalde en asuntos de la vía pública". Clemente Torres, que antes de concejal del PP fue taxista, desconoce adónde irá: "Tal vez a algo del Ayuntamiento o tal vez para casa". Félix López-Rey, concejal de IU durante 12 años y conocido dirigente vecinal, sí que sabe: "Trabajaré por la mañana en una empresa de seguros con mi hijo; por la tarde atenderé mi papelería y luego, cuando cierre, me iré a las manifestacioness".

Julián Rebollo, también de IU, ha destacado por su infatigable tesón en pedir siempre lo mismo: que se clausuren los apartahoteles ilegales de Aravaca comprados por altos cargos del PP, que ahí siguen, y que se construya un hospital en el solar de la vieja cárcel de Carabanchel. Trabajará en una cooperativa de viviendas. "Sí, sí, ahí trabajaré. Pero el 8 de julio hay una manifestación por el hospital de Carabanchel, porque Carabanchel, ¿sabe usted?, necesita un hospital y...".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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