Los sufragios del olvido
Benajarafe podría ser un lugar privilegiado para vivir. Cosida al borde del mar, esta pedanía de Vélez-Málaga (Málaga) está presidida por una de las torres almenaras que los árabes sembraron por toda la costa para defender su joya malagueña, La Axarquía, de los ataques de navíos enemigos. Desde aquella torre, pero a finales del siglo XIX, escribió el poeta malagueño Salvador Rueda sus primeros versos. Hoy la habitan, y no en las mejores condiciones posibles, tres familias. Pero es que hoy día, en Benajarafe, ninguno de los 3.000 vecinos vive en las mejores condiciones posibles. Este núcleo de población, al igual que el resto de las pedanías costeras de Vélez-Málaga, se encuentra demasiado lejos del núcleo urbano como para que el Ayuntamiento esté pendiente de él. Muchas casas carecen de saneamiento, las mayoría de las callejuelas no están asfaltadas. No hay aceras, ni farolas, ni instalaciones deportivas ni mobiliario urbano, ni el agua potable llega a todas partes, ni han visto en años un barrendero o un policía municipal. Lo que sí tiene Benajarafe es un movimiento vecinal fuerte y unido. "Hace ya muchos años que nos dimos cuenta de que si no llamábamos la atención, nadie se iba a ocupar de nuestros problemas", dice Antonio González, el presidente de la Asociación de Vecinos Monteymar. En los últimos años, la asociación ha convocado manifestaciones, concentraciones frente al ayuntamiento, se ha reunido cientos de veces con los distintos regidores que han pasado por el convulso ayuntamiento veleño... pero no han conseguido nada. Por eso, en las últimas elecciones, decidieron pedir el voto en blanco. Ninguno de los más de siete grupos políticos que concurrían a las elecciones les convencían. "Durante la campaña pasaron por aquí unos pocos, pero no nos fiamos. No queríamos promesas que al final no se cumplieran. Por eso decidimos votar en blanco". La convocatoria surtió efecto. Cuando se realizó el escrutinio, se vio que la lista más votada había sido la del descontento: 213 de los 1.421 vecinos con derecho a voto habían optado por depositar en la urna un sobre vacío. La siguiente lista más votada fue la del PP, que recogió 209 votos. El PSOE cosechó 186 y el PA, 164. Casi el 25% de los vecinos habían secundado la protesta. "En Benajarafe viven habitualmente unos 3.000 vecinos. Es verdad que no todos están censados, pero todo el que tiene una casa paga su contribución, su agua, su luz y su basura. Y aquí la basura no se recoge a diario. En verano, esta zona, que tiene un gran potencial turístico (la población se dispara a 6.000 personas), tiene que soportar malos olores y basura rebosando", narra González. Las quejas no se quedan ahí. Según los cálculos de la asociación, en 1998 los vecinos de Benajarafe aportaron en impuestos a las arcas municipales alrededor de 100 millones de pesetas. "Y sin embargo", prosigue González, "todo lo que se ha invertido aquí en los últimos cuatro años son 17 millones de pesetas". Ni siquiera estas inversiones han dejado satisfechos a los vecinos. Las dos principales obras de infraestructura, un camino de acceso al colegio de la localidad y una carretera que comunica la costa con la parte alta del pueblo, han resultado ser una chapuza. "Ninguna de las dos calles está bien asfaltada, ni se ha dejado espacio para farolas o drenajes", se quejan los vecinos. Y lo peor no es eso. Otra obra que iba a asegurar el saneamiento de la parte alta del pueblo, que contaba con financiación del Plan Pomal de la Unión Europea, se dejó a medio hacer, con lo que las aguas fecales de las casas más altas chorrean carretera abajo. El éxito de la convocatoria para votar en blanco ha medido algo de miedo en el cuerpo a los representantes municipales. "Ahora estamos en conversaciones para buscar una fórmula que permita que los vecinos participemos en la gestión, porque un alcalde pedáneo designado a dedo por la corporación no es suficientemente reivindicativo", cuenta el presidente de la asociación de vecinos. Ellos se debaten entre la fórmula de un alcalde pedáneo electo o pedir la categoría de Entidad Local Autónoma. Pero de momento, cada viernes al salir del trabajo, se afanan en una tarea más urgente: limpiar las calles de carteles electorales, y basuras, porque aún no han logrado que lo hagan los servicios municipales.
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