Joaquín Díez Canedo, editor
Joaquín Díez Canedo, a quien escritores y colegas llamaban "el último quijote editorial del país", falleció el sábado en México a los 81 años, víctima de la neumonía que venía padeciendo tiempo atrás y que se complicó sin remedio. Temprano editor de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Jaime Sabines o Elena Garro, el editor no descuidó la promoción de autores jóvenes, a quienes apoyó generosamente, asumiendo riesgos. Publicó a José Emilio Pacheco, a José Agustín y Juan Tovar entre otros, cuando no eran conocidos, y el escritor Salvador Elizondo le recuerda no tan interesado por el negocio como por la producción de libros.
Díez Canedo, como otros muchos españoles, había llegado a México 58 años atrás como refugiado, después de que el general Francisco Franco asumiera al poder al término de la guerra civil. Cinco años después se nacionalizó mexicano porque vio que aquello se consolidaba y su vida iba a forjarse en este país. Oriundo de Madrid, su niñez transcurrió entre ferias de libros e imprentas. No en vano su padre fue Enrique Díez Canedo, amigo de Valle Inclán y Max Aub, fundador de la Casa de España que después habría de convertirse en el Colegio de México. El nombre de Joaquín Díez Canedo quedará unido a la editorial Mortiz que fundó en 1962. "Amaba, antes que todo, la literatura", subrayó su hijo Joaquín.
Editor del Fondo de Cultura Económica durante la época de Daniel Cosío Villegas, contemporáneo y contertulio de Giner de los Ríos su obra demuestra la entrega al oficio al que se incorporó desde abajo: editó más de 700 títulos de 152 autores, y para conocer su legado basta asomarse a las listas de autores noveles en la colección Letras Mexicanas, del Fondo de Cultura Económica, y en Joaquín Mortiz, fusionada con el grupo Planeta desde 1983.
Participó en la guerra en el bando republicano. "Nunca usé un fusil, sólo lo llevaba al hombro", decía. Le gustó sobre todo la novela y el cuento más que el lanzamiento al mercado de libros de economía, sociología o derecho. "Me parecían interesantes, pero no me hacía gracia publicarlo".
El quijote del mundo editorial era hombre de una extraordinadira formación literaria, se encargó de la primera edición de Libertad bajo palabra, de Octavio Paz y de La Feria de Juan José Arreola. Lanzó las series El Volador, Nueva Narrativa, Novelistas Contemporáneos, y Cuadernos. Uno de sus amigos más cercanos, el catedrático Henrique González Casanova, dice que fundamentalmente fue un promotor de la literatura mexicana y en general de la lengua española, fomentando la traducción de obras de autores europeos, y de otros de notoria presencia en la segunda mitad de este siglo. "Fue el gran editor de la literatura de los sesenta y los setenta. Para los que empezamos a leer y escribir entonces su editorial era insoslayable", agrega Juan Villoro.-
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