"La noticia de mi asesinato me la dieron unos amigos"
Pregunta. ¿Dónde estuvo escondido? Respuesta. Aquí, en la ciudad, en cuatro sitios distintos. No fue una experiencia muy dinámica: consistía en esperar a que llegasen las fuerzas serbias o la OTAN. Por fortuna llegó la OTAN antes que los serbios.
P. Durante 24 horas los noticiarios le dieron por asesinado.
R. No oí la noticia. Me lo dijeron después unos amigos, fue reconfortante para ellos -y, naturalmente, para mí- que no fuese cierto. Lo importante para mí es la cantidad de amigos y de Gobiernos que durante estos tres meses han hecho esfuerzos para sacarme de aquí y acomodar a mi familia. Incluso acabo de enterarme de que el Gobierno español me ofreció el asilo político, lo que agradezco mucho.
P. ¿Cuándo decidió esconderse?
R. El 25 de marzo era obvio para todo el mundo que las fuerzas especiales habían llegado y tenían órdenes de arrasar. La noche del día 24 mataron a nuestro conserje y destruyeron nuestro equipo. Me llamó la esposa de un famoso abogado explicándome las primeras matanzas de gente conocida. Era evidente que la primera semana sería la del terror. Mi intención era no abandonar Pristina, así que me escondí. Luego, las fuerzas serbias digamos que convalidaron esa decisión, porque a los pocos días era más arriesgado irse que quedarse.
P. ¿Qué se propone ahora?
R. Restablecernos inmediatamente, con ayuda internacional. Las fuerzas serbias quemaron la rotativa y ya tuvimos ayuda internacional para imprimir en el exilio y distribuir el Koha-Ditore en los campos de refugiados y en varios países de Europa. Ha sido maravilloso el empeño de los jóvenes periodistas, que, como una familia, se comprometieron a sacar de nuevo el periódico en unas condiciones en que parecía imposible hacer nada. Lo sacaron con la ayuda del Reino Unido y lo distribuyeron con el apoyo de una fundación catalana.
P. ¿Cómo compaginan la independencia del periódico con el relevante papel público de su editor?
R. Cuando me involucré en las negociaciones políticas abandoné la dirección del Koha Ditore. Las decisiones las toma la redacción, sin ninguna interferencia, absolutamente ninguna. Yo no quiero usar el periódico para otros fines, y los redactores son muy celosos de su independencia. Si hubiera tenido intención de pasarme a la política, el diario me habría perjudicado.
P. ¿Por qué les han criticado desde todas partes?
R. El hecho de que no nos percibiesen bien las fuerzas del poder nos ayudó mucho, porque asentó nuestra voz como la voz que recoge los deseos populares, frente a las voces contrarias a la democracia. Fuimos en Kosovo la institución del cambio y creo que seremos la institución de la transición siempre que continuemos en nuestra línea de independencia.
P. ¿Qué ayuda han pedido a España?
R. Hemos recibido ya muchos apoyos de Gobiernos y fundaciones. Ahora presentaremos un proyecto de reconstrucción de todo esto, con cantidades exactas y plazos reales, y nos gustaría que el Gobierno español participase, como lo ha hecho, muy generosamente, el Fons Català de Cooperació al Desenvolupament.
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