FUEGO ERES Y EN FUEGO...
Si Peter Gielen, uno de de los más extravagantes artistas de Amsterdam, recobrara la vida que le arrebató un derrame cerebral hace unos días, posiblemente habría disfrutado con el fin que tuvieron sus funerales. Conocedores de su atracción por el fuego, tema de muchos de sus poemas, pinturas y diseños, los amigos de Gielen, en gran número importantes intelectuales de la movida amsterdamesa, decidieron dar prioridad al poco agradecido elemento. La caravana fúnebre en barco a lo largo de los canales fue acompañada de decenas de fuegos artificiales, y el féretro púrpura en que descansaban sus restos mortales, rodeado de cañones que vomitaban de cuando en cuando llamaradas de la altura de una casa. La fiesta-funeral culminó en Roxy, una emblemática discoteca, donde todos se prometían bailar hasta las tantas de la mañana. Imprevisiblemente, las pompas fúnebres terminaron poco después de empezar. En medio de un espectáculo con más fuegos artificiales, se propagó un gran incendio que, aunque no se cobró ninguna vida, ha dejado la discoteca, cuyo interior Gielen diseñó, completamente arrasada.- ,
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.