Ventura Pons adapta para el cine "Morir", una de las obras teatrales más complejas de Sergi Belbel

Hace unos años Ventura Pons estuvo entre la vida y la muerte. Sucedió en México, donde recibió una bala que no iba dirigida a él, pero casi lo mata. Estos días, trabajando en el guión de Morir (o no), la adaptación al cine de una de las obras más complejas del dramaturgo Sergi Belbel -titulada simplemente Morir-, el cineasta ha revivido aquellos momentos porque de eso va el asunto que trata. De la quebradiza línea entre morir y sobrevivir. La película de Pons, que empezará a rodarse este domingo, cuenta siete historias con dos finales distintos cada una de ellas.

Morir (o no) es la cuarta obra teatral que Pons convierte en filme en los últimos cuatro años. Primero fue Actrius, de Josep Maria Benet i Jornet; después, Carícies, de Sergi Belbel. El verano pasado repitió con una pieza de Benet i Jornet: rodó Amic / amat, que se estrenó a principios de este año. Y ahora ha regresado a un texto de Belbel. Uno de los más densos y arriesgados, por el que el autor ganó el Premio Nacional de Literatura Dramática en 1996. Ventura Pons presentó ayer su nuevo proyecto cinematográfico. Lo hizo rodeado de actores. Estuvieron 7 de los 14 que figuran en el elenco: Sergi López, Anna Lizaran, Marc Martínez, Anna Azcona, Amparo Moreno, Mingo Ràfols y Francesc Orella. Faltaron a la cita por compromisos profesionales Lluís Homar, Carme Elias, Vicky Peña, Carlota Bentola, Mercè Pons, Francesc Albiol y Roger Coma. También aparece con un cameo Pepe Rubianes. Anna Lizaran y Francesc Orella formaron parte del reparto que estrenó la obra teatral en el Romea, en abril del año pasado. El resto debuta. Trilogía minimalista El cineasta dijo que con Morir (o no) cierra una trilogía -"minimalista", la calificó- que inició con El perquè de tot plegat y continuó con Carícies, de películas que "retratan fragmentos de la realidad". Morir (o no), cuyo rodaje en Barcelona y Sant Cugat durará siete semanas, cuenta en la primera parte siete historias independientes. Cada una de ellas acaba con la muerte de uno de los protagonistas. En la segunda, la trama da un giro total: las mismas historias se encadenan en una sola y no muere ningún personaje. Pons resumió el asunto con estas palabras: "Es una película sobre la segunda oportunidad que te da el destino". El director reveló que una de las virtudes que encuentra en el texto de Belbel es su estructura, "muy cinematográfica y terriblemente atractiva". Eso, añadió, le permitirá utilizar un lenguaje narrativo "arriesgado". "El secreto", precisó, "está en la puesta en escena; intentaremos, sin traicionar el original, que el espectador descubra una mirada nueva". El dramaturgo, que no pudo asistir a la presentación del rodaje porque su esposa estaba a punto de dar a luz a su segundo hijo, no ha participado en el guión, que firma Pons en solitario, pero sí ha asesorado al cineasta. "Aunque Belbel y yo vivimos en el mismo edificio", explicó Pons, "no hemos tenido demasiado tiempo para trabajar en el guión conjuntamente. Tengo que decir, no obstante, que le soy muy fiel y no hay en el guión ninguna traición a la obra. De hecho, muchas de las modificaciones han sido sugeridas por el propio Belbel". Uno de los cambios que el cineasta se ha permitido es el siguiente: variar la profesión de uno de los personajes -que en la obra teatral era guionista y en la película, director de cine- e impedir que muera. En cuanto al tema de la muerte, no habitual en el cine, Ventura Pons confesó que le apetece abordarlo, por una parte, para enfrentarse a uno de los fantasmas de su pasado, el del atentado que sufrió en México que estuvo a punto de costarle la vida, y, por otra, afirmó, la elección "tiene mucho que ver con las ausencias, en los últimos años, de familiares y amigos". Morir (o no) es la primera de las cuatro adaptaciones teatrales en la que Pons no ha contado con Rosa Maria Sardà, su amiga y actriz fetiche. "No, nos hemos peleado", bromeó el cineasta, "sólo que desde mi punto de vista, no había papel para ella".