IU denuncia intereses ocultos para favorecer gobiernos conservadores en Sevilla y Córdoba
Los ataques del PP a un posible pacto entre IU y PSOE que dé la alcaldía de Córdoba a Rosa Aguilar merecieron ayer una dura respuesta de la candidata, que acusó a los representantes populares de no haber superado la transición. Aguilar cuestionó si las críticas obedecen a la existencia de algún "miedo oculto por no poder cumplir compromisos inconfesables al servicio de algunos intereses de la ciudad". En Sevilla, donde IU carece de poder para condicionar el gobierno municipal, la coordinadora provincial, Concha Caballero, denunció "presiones" financieras a favor de un pacto PP-PA.
Rosa Aguilar pidió ayer al PP que aclare el motivo de sus temores por el hecho de que otras fuerzas políticas puedan dirigir la corporación municipal de Córdoba. La dirigente de IU se preguntó si el PP tiene algo que ocultar de su anterior gestión municipal o si hay algún "miedo oculto por no poder cumplir compromisos inconfesables al servicio de algunos intereses de la ciudad". Aguilar dijo que los miembros del Partido Popular no han superado la transición y que ahora, al no aceptar el resultado de las urnas, están mostrando su verdadero rostro antidemocrático. La candidata de IU respondía así a las críticas de los dirigentes del PP en Córdoba, que en los últimos días han cuestionado la ética de un posible pacto entre las fuerzas de izquierdas. En el PP, según Aguilar, "hay demasiado franquismo presente después de 20 años de democracia". Y agregó: "Quedan demasiados niños con camisa azul". La dirigente de IU personalizó sus ataques en el primer teniente de alcalde de Córdoba en funciones, Luis Martín, a quien acusó de mentir y sembrar preocupación entre los ciudadanos con sus declaraciones. En cuanto al pacto con el PSOE, Aguilar aseguró que los contactos se iniciarán a partir del próximo día 24, una vez reunida la presidencia federal de IU. La candidata cordobesa se mostró abierta a todas las posibilidades para compartir gobierno con los socialistas, aunque no a cualquier precio: "Puede haber acuerdo, puede haber pacto, pero lo que no va a haber nunca es un apaño". En Sevilla, por su parte, los dirigentes de IU creen que los pactos que decidirán el gobierno local no dependen únicamente de la voluntad de los partidos políticos. Concha Caballero, coordinadora provincial, aseguró ayer que la federación ha detectado "una maraña de intereses financieros e inmobiliarios en torno al PP y al PA que está pesando sobre la composición del gobierno municipal". Caballero incluso fue más allá al asegurar que existen "presiones" de determinados "grupos", que aspiran a lograr que se respeten acuerdos. Citó, como ejemplo, el caso de Tablada. "¿O es que los señores de Tablada van a dejar ahora que no salga adelante?", planteó. A pesar de las críticas que dirigió al andalucista Alejandro Rojas-Marcos, de quien llegó a decir que "no se presentaba a alcalde sino a concejal de Urbanismo", indicó que IU no veta "nombres" ni "siglas" a la hora de plantearse un hipotético acuerdo de gobierno tripartito en Sevilla (PSOE-PA-IU). Sin embargo, los propios responsables de la federación la juzgan una opción harto difícil. "Con un cambio de política estamos dispuestos a hablar con quién haga falta, pero no vamos a ser guinda de ningún pastel con el que no estemos de acuerdo, sobre todo con dioxinas", ironizó. Caballero anunció ayer la voluntad de IU para pactar en los 15 municipios de Sevilla, donde la izquierda suma mayorías absolutas para impedir gobiernos del PP. Sevilla, a pesar del revés generalizado de IU, ha sido, con 269 concejales electos, la provincia donde han obtenido mayor número de representantes municipales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.