Un hombre muere al caerse desde 15 metros de altura cuando trataba de entrar en un piso de Tetuán

Un hombre de 26 años falleció ayer tarde en el hospital La Paz a causa de las heridas sufridas al caerse al vacío desde un andamio colocado en el número 13 de la calle de Juan de la Encina, en el distrito de Tetuán, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid. La víctima, un colombiano que había aterrizado en el aeropuerto de Barajas el pasado domingo, ni era vecino de la finca ni pertenecía a la empresa que realizaba los trabajos de rehabilitación de la fachada, según los investigadores. La policía maneja la hipótesis de que el accidentado pretendía entrar en una de las viviendas mediante la plataforma instalada en el bloque.

El fallecido cayó al vacío desde la cuarta planta (unos 15 metros). Iba vestido con un pantalón de color beis y una camiseta verde y no llevaba nada entre las manos cuando se precipitó al suelo, según vieron los vecinos, que avisaron al 112, teléfono de urgencias de la Comunidad de Madrid.

Una UVI móvil del 061 evacuó al herido al hospital La Paz. El hombre estaba inconsciente y padecía traumatismo craneoencefálico y torácico. Los médicos intentaron, sin éxito, su reanimación.

Dos de los residentes del bloque declararon a la policía que el hombre se desequilibró al verse sorprendido por los vecinos cuando estaba en lo alto del andamio. Los agentes revisaron las viviendas para comprobar si había llegado a entrar en algún piso. Según la policía, el fallecido no llegó a entrar en ninguna casa. En la parte superior del andamio había restos de sangre que podían corresponder a la víctima. "Ha podido golpearse primero en el andamio antes de desplomarse al suelo", indicó un policía.

En el edificio de la calle de Juan de la Encina viven 30 familias en régimen de alquiler. La propietaria del edificio rehabilita la fachada desde hace más de tres meses. En el momento del accidente los obreros de la empresa restauradora del bloque se encontraban en la otra punta del andamio. Declararon a la policía que no vieron nada extraño antes del golpe mortal.