El PSOE justifica sus pactos a varias bandas en que ahora ocupa "el centro del espectro político"
Después de una campaña en la que el PSOE ha centrado su discurso en la "desagregación" de España, los socialistas se encaminan a pactar con varias fuerzas regionalistas y nacionalistas. Para explicar esta aparente incongruencia, Joaquín Almunia, secretario general de este partido, argumentó ayer que, tras las últimas elecciones, el PSOE ha ocupado "el centro del espectro político". Precisamente el lugar que, según Almunia, ansía el PP. Por ello, siempre según esta argumentación, están dispuestos a pactar con grupos tan distintos como Unió Mallorquina o Izquierda Unida. "España se construye aglutinando al máximo de fuerzas posibles, y no cediendo ante ellos", llegó a decir el máximo dirigente del PSOE.
Almunia dedicó una parte importante de la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva a defenderse de los ataques que sufre el PSOE por su disposición a pactar con todo tipo de grupos regionalistas y nacionalistas tanto en ayuntamientos como en comunidades autónomas. El discurso que mantendrán a partir de ahora desde el PSOE cada vez que reciban una de estas críticas es que los ciudadanos les han pedido que ejerzan el papel de "centro del espectro político" al que acuden las fuerzas minoritarias para pactar. "Ése es nuestro papel", dijo ayer Almunia, que defendió que los pactos están basados en una serie de principios básicos y que los socialistas no pactan "con cualquiera", en clara referencia a Eukal Herritarrok. El PSOE ha decidido que va a conceder libertad de maniobra a sus respectivas federaciones para que continúen las conversaciones que ya han comenzado. Por eso Almunia no se quiso referir a la situación de los acuerdos, aunque sí habló de la situación en el País Vasco y en Galicia y de las negociaciones con IU y el PP.
El secretario general negó que desde la dirección nacional se esté presionando al Partido Socialista de Euskadi (PSE) para que no pacte con Euskal Herritarrok. Así lo habían asegurado tanto Arnaldo Otegi, líder de esa formación, como Xabier Arzalluz, máximo dirigente del PNV. Almunia reconoció que habla habitualmente de este asunto con el líder del PSE, Nicolás Redondo, pero negó que lo haga para "imponerle algo". Otegi había dicho que el PSE había perdido "una buena oportunidad" por las imposiciones de Madrid.
Los socialistas han decidido que no pactarán con EH bajo ningún concepto, "ni por encima ni por debajo de la mesa", puesto que siguen sin condenar la violencia y para ellos todavía es una fuerza "no leal" a las instituciones democráticas.
Dificultades con el PNV
Precisamente el pacto que EH mantiene con el PNV en el Gobierno del País Vasco dificulta los acuerdos con el PSE. Éstos habían ofrecido a los nacionalistas un pacto global, para ayuntamientos y Gobierno autónomo, con la condición de que se alejaran de EH. Almunia asegura que las últimas declaraciones de Arzalluz, en las que anunciaba que no renunciarán al pacto con EH, demuestran que la situación no ha cambiado con respecto a la época en la que los socialistas rompieron el acuerdo tripartito (PNV-EA-PSE). El escenario más probable que se maneja es el de que gobierne la lista más votada en cada ayuntamiento con apoyos puntuales cuando sea necesario, pero no pactos de gobierno, como venía sucediendo hasta ahora.
En cuanto al acuerdo en Galicia con el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que ha sido muy criticado por el PP, Almunia consideró que se está descalificando a los nacionalistas gallegos por sus actitudes de los años 80, lo que sería lo mismo que criticar al PP basándose en la época de su fundación, en 1976, "cuando los siete magníficos de Fraga". "Parece como si creyeran que el BNG tiene un pecado original", concluyó Almunia.
El pacto con Izquierda Unida parece más encarrilado. la coalición que dirige Julio Anguita había exigido una reunión entre las direcciones de ambas formaciones, que se celebrará hoy mismo. Los socialistas entienden que la pérdida de representación de IU impide un pacto global, pero aseguran que no será difícil acordar que se apoye a la lista progresista más votada, tanto de IU como del PSOE. Precisamente la falta de acuerdo entre ambas fuerzas de izquierda permitió tras las elecciones de 1995 que multitud de ayuntamientos pasaran a manos del PP en minoría. Esta vez parece que la situación de debilidad de IU, tras su fracaso electoral, puede facilitar los acuerdos. IU ansía especialmente la alcaldía de Córdoba para Rosa Aguilar, la candidata más votada.
En cuanto a los posibles pactos con el PP, Almunia recordó que sólo están decididos en algunas alcaldías andaluzas y Ceuta y Melilla, donde entre ambos tratarán de impedir que el grupo de Jesús Gil llegue al Gobierno. Para la Diputación de Álava, el PSE tiene las manos libres, e incluso podría pactar con el PP a cambio de la alcaldía de Vitoria si lo considera oportuno, según Almunia.
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