Muchas faltas, pocas tarjetas
Las estadísticas de esta Liga muestran cómo los delanteros reciben muchas faltas y sin embargo esas acciones no provocan que el árbitro muestre la tarjeta amarilla con frecuencia a los defensores. Munitis, del Racing, ha sufrido 192 faltas, el más zancadilleado, agarrado o empujado de todo el campeonato. Y sus acciones han ocasionado que se mostrase la tarjeta amarilla 33 veces. Es decir, los árbitros necesitan pitar seis faltas a su favor antes de mostrar la primera tarjeta a alguno de los autores.
El reglamento prevé la reiteración de faltas a un mismo futbolista como motivo de amonestación, pero los árbitros españoles suelen prescindir de tal norma.
Denilson, del Betis, sigue a Munitis en la lista de los jugadores que más faltas reciben: 143 en total, si bien ha tenido más suerte: esas acciones antirreglamentarias han ocasionado en su caso 34 tarjetas a sus contrincantes: menos faltas que Munitis pero una tarjeta más que el santanderino.
El caso de Rivaldo (el tercero en la lista absoluta de faltas recibidas, independientemente de los minutos jugados) resulta más llamativo. Los árbitros han parado el juego 140 veces para pitar a su favor, pero sólo en 16 ocasiones mostraron la tarjeta amarilla. Casi nueve faltas han de hacerle al barcelonista para que el colegiado se anime a llevar la mano derecha a su bolsillo.
Un caso parecido al de Stankovic, del Mallorca, cuarto clasificado entre los sufridores: 133 faltas recibidas, 17 tarjetas ocasionadas.
Un jugador se destaca entre todos como el más antirreglamentario: Moisés, delantero del Villarreal, ha cometido 115 infracciones en total, una cada 22,4 minutos jugados. Y sin embargo sólo ha visto 13 tarjetas amarillas. Su caso sirve como prueba del nueve: así como Rivaldo precisa que le hagan más de ocho faltas para que aparezca la cartulina.
Moisés puede infringir el reglamento otras tantas hasta resultar amonestado. Y corrobora esa impresión el caso de Gustavo López, del Zaragoza: 117 faltas sufridas (una cada 16,7 minutos, el más zancadilleado por minutos de juego) y también una relación de casi nueve faltas por tarjeta (13 cartulinas).
Sorprende el caso de Savio, a quien cualquier aficionado imagina entre los más castigados. Sin embargo, sólo ha sufrido 108 faltas (21,5 por minuto): es el décimo más derribado en términos absolutos, y el quinto si se tiene en cuenta el tiempo jugado. Lo que sucede es que el brasileño suele sufrir faltas muy seguidas al poco de saltar al terreno de juego. Despues se espacian más. Su juego ha provocado 18 tarjetas.
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