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Capital comercial

Cerca de 600 años hace de la creación en Valencia en 1407 de la institución de la Taula de Canvis que vino a actuar hasta su desaparición en 1719, con la pérdida de los fueros, como un banco público autóctono. Precedente de otras instituciones como la Lonja de Mercaderes, la Caja de Ahorros, la Cámara de Comercio o la Feria de Muestras, la tradición comercial valenciana viene acreditada a nivel internacional desde hace siglos. En lo relativo al prestigio ferial sólo recordar que recientemente el alcalde de Tokio decía al respecto, que su ciudad hermanada como feria con Valencia y como urbe con Londres, era una gran ciudad con una pequeña feria y Valencia una pequeña ciudad con una gran feria. Más próximo a nuestros días cabe señalar, la existencia de la Bolsa, una de las cuatro españolas, y el Mercado de Futuros, de frutos cítricos y mercancias, el único del mundo en lo relativo a los cítricos. Atendiendo a estas circunstancias, entre otras razones, se ha celebrado recientemente con éxito en Valencia, por primera vez en España, la 24 reunión del grupo europeo de trabajo sobre modelos financieros. Valencia es pues, una capital europea cuya importancia comercial trasciende la de otros elementos que la componen. No son éstos, sin restarle valor a los mismos, los que acreditan su conocimiento. Su importancia, en otros órdenes, queda diluida ante la imagen comercial en los mercados internacionales. La balanza comercial de la economía valenciana ofrece una tasa de cobertura, ampliamente favorable a las exportaciones, alrededor del 140%, respecto a las importaciones, estando la tasa sólo próxima al 80%, para el conjunto de la economía española. Su función estratégica es tan cierta en el terreno comercial, que parecería simple colegir, que el posicionamiento estratégico correspondiente, sin confiar en la designación para otro tipo de capitalidad, en ocasiones carente de contenido, se encuentra en la capitalidad comercial. Existe en la actualidad en otras ciudades, como Chicago, un mercado mundial de productos, que fue inicialmente agrícola, como nuestra Lonja, y posteriormente ha evolucionado hacia el sector industrial y financiero, de manera análoga a como se produce la evolución comercial de la economía valenciana. Esta ciudad americana cumplió el pasado año, el 150 aniversario de su Board of Trade, habiendo involucrado en la celebración a toda una sociedad, que utiliza los calificativos de "bulls" o "bears", según las cotizaciones suben o bajan, aplicándolas a sus equipos favoritos de baloncesto o fútbol. En nuestro caso queda por recuperar el reconocimiento social por el comercio, después de tantos años de olvido, mientras la inscripción que figura en lo alto del salón columnario de la Lonja, permanentemente nos los recuerda. Por otro lado, también en el terreno deportivo el Valencia C.F. llegó a ganar por dos veces la copa entonces denominada Ciudades de Ferias de fútbol, que permitía a las ciudades, con esta condición, disputar el campeonato. Estratégicamente pues debemos posicionarnos, sabiendo que estamos dotados, para esta capitalidad comercial, y el resto, por otro lado, capitalidad cultural incluida, nos vendrá por añadidura. Así, hoy Chicago, es una ciudad líder en el mundo cultural, cuenta entre otros activos con dos museos importantes en el campo de las artes plásticas, una orquesta sinfónica dirigida bajo la batuta titular de Daniel Barenboim y una escuela de arquitectos de prestigio internacional, surgida del magisterio de F. Lloyd Wright. Recientemente el político Pascual Maragall ha actualizado el mensaje del poeta Maragall y como en el poema de su abuelo Joan, también dice, escucha España y estructura el mensaje federal. Expresa sus deseos de entender, al igual que de ser comprendido, y habla en el Forum de Debats de la Universitat, del papel de ésta, de la ciudad y de la empresa. El triángulo decisivo, dice. La idea, apunta a los respectivos mundos de la cultura, la libertad, y el comercio. De alguna manera, puede pensarse, el comercio es a la cultura, lo que la cultura a la libertad. El comercio es así, un punto de apoyo básico para avanzar hacia la libertad, al igual que lo es previamente para desarrollar la cultura.

Alejandro Mañes es gerente de la Fundació General de la Universidad de Valencia.

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