"Crivi" es el jefe, el que manda"
Ángel Nieto, Sito Pons y Aspar creen que Àlex está en un momento óptimo de su carrera
Sentado en uno de los múltiples e improvisados comedores que las marcas patrocinadoras montan en el paddock de Montmeló, Ángel Nieto no tiene dudas. Acaba de mantener una larga conversación con uno de los pilotos más legendarios, el italiano Giacomo Agostini, y cuando se gira finalmente hacia nosotros, responde casi sin pensarlo. "Ahora es mucho más complicado conseguir un título mundial que antes, en nuestra época", afirma el campeón más grande de la historia del motociclismo español. "Lo nuestro tuvo valor. Fue muy grande", prosigue. "Pero para mí es mucho más complicado lo que ahora está logrando Àlex Crivillé. En el Mundial actual, ni Giacomo ni yo hubiéramos logrado ganar tantos títulos [15 Agostini y 12 más 1 Nieto]. Es imposible. Ahora existe mucha más igualdad entre los pilotos, y el material es mucho mejor. Hay muchas más marcas implicadas directamente y las diferencias son mínimas".
Tal vez por todo eso, Nieto da un valor muy especial a lo que está consiguiendo Crivillé en el Campeonato del Mundo de 500cc, la categoría reina. "Para mí merece un 10. Está centrado y se encuentra en un gran momento de su carrera profesional. Y lo más importante es que no se obsesiona con la presión que le ha caído encima. Es el jefe, el que manda. Y quiere ganar carreras. Acabar siendo campeón no es fácil. Pero él trabaja para serlo. Y a mí me gusta la forma como está planteando las cosas".
La vida de Crivillé dio un vuelco a principios del pasado mes de mayo, cuando el piloto australiano Mick Doohan, quíntuple campeón mundial, sufrió un accidente y le abrió el camino para convertirse en campeón mundial. Tras varios años de principado en la categoría reina, Àlex debía asumir su nueva condición de rey, y eso no es fácil para nadie. Pero lo está haciendo. El título queda lejos y nadie quiere pensar aún en él. Pero Àlex ha ganado las cuatro carreras que se han disputado sin Doohan. "Se ha convertido en el referente y demuestra que está a tope", dice Sete Gibernau. Y Carlos Checa añade: "Sin Doohan, la mentalidad del resto de los pilotos ha cambiado. Àlex ha asumido su papel, pero debe demostrarlo en cada carrera, porque estoy convencido de que tanto Biaggi como algunos otros pilotos y yo mismo mejoraremos nuestro rendimiento en las próximas pruebas".
Cuando Nieto ganó su primer título mundial en 1969, con una Derbi de 50cc, la imagen que exportó el motociclismo español fue la de un chico rebelde que luchaba para abrirse camino no sólo en el Mundial, sino también en la vida. Cuando Nieto conquistó su última corona, en 1984, el motociclismo había sufrido ya una transformación crucial en España. Con aquellos títulos se entrelazaron los de Ricardo Tormo, los de Jorge Martínez, Aspar, y el de Crivillé, todos en cilindradas pequeñas. Y también los dos de Sito Pons en 250cc, que dieron otro impulso al motociclismo español.
Sito fue campeón en 1988 y 1989, y ofreció una nueva dimensión. "Cuando me retiré", explica ahora Pons, "mi mayor preocupación fue crear una estructura lo suficientemente potente para lograr que un español pudiera acometer el Mundial del medio litro. Y creo que lo conseguimos".
Crivillé, entonces ya campeón mundial de 125 (1989), dio los primeros pasos por la categoría reina en casa de Sito. Y después comenzó a volar solo. El mismo camino siguió Carlos Checa. Ahora los dos y Sete Gibernau están al más alto nivel competitivo. Pero, por el momento, sólo Crivillé tiene fundadas aspiraciones de ganar el título mundial. "Àlex está en su mejor momento como piloto", asegura Pons. "Cuando alguien se encuentra en este estado de confianza, se convierte en un ganador. Se han producido un cúmulo de circunstancias que le han abierto el camino: no está Doohan, Honda se ha volcado en él. Y eso le ha llegado en el momento oportuno, puesto que lleva ya años en los 500cc, tiene madurez y experiencia, y ya ha sido campeón mundial. Si logra el título, será la reafirmación de nuestro motociclismo. El medio litro es nuestra asignatura pendiente".
Similares puntos de vista esgrime Aspar, ahora director de un equipo que patrocina el circuito de Valencia. "Creo que Àlex está muy centrado. Ha reaccionado muy bien a la presión que le puso la baja de Doohan. Es una circunstancia que pudo afectarle negativamente. Sin Doohan, debía demostrar su potencial, y lo ha hecho. Su chip ha cambiado y ahora se ve el mejor. Tiene confianza y seguridad mental. Y si gana el título, será el primer piloto que logre ser campeón de 125cc y de 500cc, lo cual tiene un gran mérito".
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